Zaldívar dice que en su divorcio "quería hacer daño" a Muñoz y que el dinero que él traía era legal

Niega ahora que dijera que su exmarido llevaba ese efectivo en bolsas de basura
La exmujer de Julián Muñoz, Maite Zaldívar
La exmujer de Julián Muñoz, Maite Zaldívar
EUROPA PRESS
La exmujer de Julián Muñoz, Maite Zaldívar

La exmujer de Julián Muñoz, Maite Zaldívar, acusada de blanqueo de capitales, ha declarado este lunes que cuando se llevó a cabo el proceso de divorcio del exalcalde de Marbella (Málaga) sólo "quería hacer daño" a éste, ya que "personalmente, me había roto la vida". Además, ha asegurado que su entonces marido traía dinero en efectivo a casa, pero que "nunca" dijo que fuera en bolsas de basura, insistiendo en que era dinero "legal".

"En ese momento le hubiera hecho pasar por cualquier calvario", ha asegurado Zaldívar, para justificar los documentos que aportó su representación en ese proceso de divorcio para argumentar que el nivel de vida que llevaban con el exalcalde de Marbella (Málaga) era muy alto. Ha insistido en que el momento "era horroroso", porque su familia "se me había roto".

Ha explicado que en ese proceso su exmarido, "no sé si es una coletilla de todos los hombres que se separan o que no son fieles, pero decía que la que estaba loca era yo, porque todo era mentira", apuntando que, incluso, a la que luego fue su pareja "yo ya le había preguntado a ella, la cual había dicho que era mentira, que era producto de la envidia que ella creaba y que se tenía en este país".

Ha ratificado que su marido llevaba dinero en efectivo a la casa "cada mes", lo que no le extrañaba porque "trabajaba todo el día". Ha precisado que "no lo traía en bolsas de basura como se ha dicho" y que cuando se fue de casa en abril de 2003 no contó la cantidad que había, pero era "cercana" a los 50 millones de pesetas, porque a él "no le gustaba trabajar con los bancos".

Zaldívar ha asegurado que ese dinero era "legal" y que entonces no se cuestionó que fuera de procedencia ilícita, apuntando que "si en algún momento pienso que no es legal, le puedo asegurar que por lo menos no lo cojo para guardarlo". "Jamás en mi vida he intentado estafar, ni robar ni hacer nada a nadie", ha apuntado.

"Hoy por hoy, sigo pensando que ese dinero es lícito, que no es robado, que no es del producto raro de nada, que es producto de un trabajo y de unos bienes", ha apuntado la acusada, quien ha explicado que en su declaración ante el juez cuando fue detenida, junto a su hermano, "me quería ir a mi casa y le hubiese contestado al juez y al fiscal lo que ellos hubiesen querido".

Ha dicho que no reclamó la pensión compensatoria, que se fijó en 1.800 euros. Cuestionada por la fiscal por si no reclamó porque se sintió pagada con el dinero que se había llevado de la casa, ha asegurado que "sí" y que "no le iba a reclamar nada más". "Cuando se pasa todo este coraje te das cuenta de que quien tienes ahí en el fondo es el padre de tus hijas", ha apuntado.

Respecto al apartamento de Guadalpín, donde se fue a vivir tras la separación, ha indicado que "no se llegó a comprar, pero sí hubo una intención de compra", añadiendo que había visto un contrato, pero no la escritura y que se fue allí por las circunstancias que tenía en su casa, apuntando que "cuando llego pensé que era nuestro, pero luego se me dijo que no lo era".

Por su parte, el exalcalde marbellí, acusado de blanquear dinero a través de sus exparejas, Maite Zaldívar e Isabel Pantoja -también procesada—, he terminado su declaración en el juicio que se sigue en la Sección Segunda de la Audiencia de Málaga y ha negado que llevara bolsas de basura con dinero a su casa cuando estaba casado con Zaldívar.

En su tercer día de declaración, Muñoz ha señalado que no sabe el dinero que había en la vivienda y que quien lo puede saber es la que entonces era su esposa. Ha apuntado que tras la separación de ella, no hizo transferencias ni inyecciones de dinero a su ya exmujer y ha asegurado que "antes, si había dinero era de mi sueldo".

El exregidor ha negado haber recibido dinero de promotores a cambio de favores urbanísticos ni que la rebaja realizada a la cantante Isabel Pantoja en la compra de un apartamento en el hotel Guadalpín, en Marbella, fuera por tener una relación con él, sino por quien era y por la relación comercial que tenía.

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