Biden y Ryan, los 'copilotos' en la carrera a la Casa Blanca

Los candidatos a la vicepresidencia de EE UU, Paul Ryan (izda) y Joe Biden.
Los candidatos a la vicepresidencia de EE UU, Paul Ryan (izda) y Joe Biden.
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Los candidatos a la vicepresidencia de EE UU, Paul Ryan (izda) y Joe Biden.

El debate vicepresidencial de este jueves cobra una especial relevancia en la campaña electoral en EE UU, tras un primer cara a cara entre el presidente estadounidense y candidato a la reelección, Barack Obama y su oponente republicano Mitt Romney, que sorprendió con un vuelco a las encuestas, hasta aquel momento a favor de Obama. Todo apunta a que en este segundo encuentro, la actuación de los vicepresidentes será decisiva para el rumbo de la carrera presidencial.

El debate  enfrenta a un veterano y experimentado político como, Joe Biden, contra la estrella ascendente de los republicanos, Paul Ryan, quien deberá demostrar su capacidad retórica ante uno de los rivales más duros de la arena política de EE UU.

Sin embargo, y frente a los agudos contrastes que se empeñan en dibujar, ambos comparten más de un aspecto en común ante el cara a cara en Kentucky. Entre ellos, su pasión por Washington, donde llegaron a comienzos de su carrera política y lugar en el que se encumbraron como hombres de relieve dentro de sus respectivos partidos. Paul Ryan, de 42 años, llegó al Congreso con 28 años, mientras que Joe Biden, de 69, lo hizo a los 30 años, y ambos carecen de otra experiencia profesional de peso, más allá de los entresijos de los pasillos del Congreso

Otro punto en común es que ambos se declaran católicos practicantes y tienen ascendencia irlandesa; de hecho, el debate de este jueves es el primero que enfrenta a dos candidatos católicos. Pero Ryan y Biden también coinciden en sostener una compleja relación con los preceptos de la religión que profesan, aunque por diferentes motivos.

Ryan, conocido principalmente por ser autor de un drástico plan de reducción del déficit que incluye una privatización parcial del Medicare, el programa social federal para ancianos y jubilados, ha sido criticado por la jerarquía católica de Estados Unidos. Por su parte, Biden ha tenido encontronazos con la iglesia católica por sus opiniones abiertas y progresistas acerca del aborto y el matrimonio homosexual.

Biden, el experimentado y deslenguado aliado de Obama

El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, es un veterano político con más de 35 años de experiencia y conocido por su locuacidad, que en más de una ocasión le ha llevado a cometer algún desliz verbal. Su carácter desenfadado le hace cercano a los votantes pero también le ha valido las críticas de quienes le ven como un político impulsivo y metepatas, capaz de descarrilar incluso al cauto Obama.

Joe Biden compitió en las primarias de 2008 contra Obama, pero se ha convertido en su mejor aliado.

Con él ha tenido desencuentros sonados, como ocurrió con su consejo de no impulsar la reforma sanitaria en un momento de dificultad económica o cuando recomendó no lanzar la operación que mató a Osama bin Laden en mayo de 2011. Pero una vez en marcha, Biden se convirtió en el defensor más ferviente de esas políticas y el pasado marzo llegó a afirmar que la acción contra el fundador de Al Qaeda fue la decisión "más audaz" que nadie ha tomado "en 500 años".

Sus opiniones, en cualquier caso, no han caído en saco roto: en 2010 se opuso al envío de 30.000 soldados más a Afganistán, pero la decisión de Obama de poner una fecha a la retirada poco después es, para muchos analistas, una señal clara de la influencia de Biden.

Pero ni su experiencia ni su apoyo incondicional, que pasea por todo el país en mítines electorales, le han librado de esos errores que parecen perseguirle desde la campaña electoral de 2008 y que han puesto las cosas en bandeja a quienes le buscaban las cosquillas. El más reciente fue en agosto, cuando advirtió en un mitin ante afroamericanos que las políticas republicanas iban a ponerles a todos ellos "cadenas en los pies", lo que provocó que una plataforma del partido rival pidiera, sin éxito, su reemplazo inmediato.

No se quedó atrás en mayo, cuando afirmó en un programa de televisión que se encontraba "absolutamente cómodo" con el matrimonio homosexual, lo que obligó al propio Obama a reconocer su apoyo a las uniones del mismo sexo, no sin antes dar un tirón de orejas a su irreprimible vicepresidente.

Su carácter de político a la vieja usanza tiene a los estadounidenses divididos, como muestra una reciente encuesta del Washington Post y la cadena ABC en la que se llevó el mismo porcentaje de aprobación que de rechazo: un 43 por ciento.

Joseph Robinette Biden nació en una familia humilde -su padre era vendedor de automóviles- y eso le ha ganado tirón con los votantes blancos de clase trabajadora, los mismos que se le resisten a Obama. Durante sus 35 años en el Senado, representó al pequeño estado de Delaware, pero es oriundo de Scranton, en Pensilvania.

Paul Ryan, ultraconservador y en ascenso

El candidato a vicepresidente republicano en EE UU, Paul Ryan, es un joven político en ascenso aferrado al conservadurismo fiscal, líder de una nueva generación de ideólogos económicos dentro de su partido y querido entre el movimiento derechista Tea Party.

Nacido en Janesville (Wisconsin) hace 42 años, representa a ese estado en el Congreso desde 1999, cuando tenía 28 años, y actualmente preside el Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes.

Desde que llegó al Congreso y se convirtió en el segundo político más joven en la colina del Capitolio decidió seguir viviendo en Janesville, en lugar de trasladarse a Washington como la mayoría. Allí, rodeado de los suyos, depuró una imagen de padre de familia aficionado a la caza y habitual del gimnasio.

Joven pero experimentado y curtido en Washington, no ha perdido el tiempo y ha conseguido levantar tanto aplausos como críticas con sus ideas económicas ultraconservadoras, alineadas con las propuestas de los simpatizantes del Tea Party. Ryan ha tomado en los últimos años las riendas de la política presupuestaria republicana, que prevé fuertes recortes en programas sociales, educación e infraestructuras y plantea transferir poder federal a los estados para reducir el déficit.

De hecho, Ryan es el arquitecto de la llamada "hoja de ruta" de los republicanos para lograr la reducción de la elevada deuda pública estadounidense. La única partida intocable para él es el gasto en defensa.

El "número dos" del aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, "representa aproximadamente a la mitad de los seguidores" de su partido y es un "apóstol republicano del capitalismo de libre mercado y el gobierno limitado", dijo a Efe Erwin Hargrove, profesor emérito de la Universidad de Vanderbilt.

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