El Consejo de Gobierno de la Junta, en su reunión de hoy jueves, ha aprobado una subvención de 100.000 euros para la asociación cultural de Amigos del Pueblo Saharaui de Castilla y León para financiar una intervención de acción humanitaria dirigida al fortalecimiento de las infraestructuras destinadas a la provisión de alimentos en los campamentos de refugiados de Tinduff, que se encuentran en la región del mismo nombre al suroeste de Argelia.

A través de esta subvención destinada a la asociación cultural Amigos del Pueblo Saharaui se sufraga principalmente el coste de los alimentos y de su transporte, en los que se incluyen los gastos de combustible, de personal y de almacenaje.

Esta actuación se enmarca dentro del Plan Director de Castilla y León de Cooperación al Desarrollo 2009-2012 que contempla, como una de las modalidades prioritarias de actuación, las intervenciones llevadas a cabo en el ámbito de la acción humanitaria.

Dentro de las líneas estratégicas, se recoge el impulso de acción que actúen sobre situaciones de conflictividad latente con una especial atención a las situaciones de crisis humanitarias que se han perpetuado por un dilatado período de tiempo, y cuyas dimensiones y complejidad se han exacerbado en los últimos años.

La entidad asociación cultural de Amigos del Pueblo Saharaui de Castilla y León, con sede en Valladolid, se constituyó en el año 1990, agrupa a alrededor de 250 socios y tiene acreditada experiencia en cooperación al desarrollo en el territorio del Sáhara para llevar a cabo acciones de carácter humanitario.

Además, esta asociación es miembro de la Coordinadora castellano y leonesa de ONG y, desde el año 1995, la Administración de la Comunidad viene colaborando con esta entidad en la puesta en marcha de proyectos y acciones.

El conflicto del Sahara Occidental constituye uno de los más claros ejemplos de los denominados "conflictos olvidados". Actualmente, unas 300.000 personas saharauis viven en una emergencia permanente, en una situación de paz en guerra.

Los saharauis de los campamentos de Tinduff llevan más de tres décadas soportando condiciones de pobreza extrema y vulnerabilidad en el desierto argelino y con una dependencia prácticamente absoluta de la ayuda internacional. Esta situación ha llevado a no poder garantizar alimentos a los saharauis que viven de forma estable en esa zona.