No, antes sí lo era. Ellos buscan el éxito rápido y no siempre funciona como esperan, porque luego llega El Cigala y pone las cosas en su sitio.

¿No está contento con su anterior trabajo?

No me gusta la producción, querían que sonase de otra manera. En algunas radios no les gustan las guitarras flamencas.

¿Le impusieron algo?

No, no, me dejé influir simplemente. Intenté entrar en un circuito y me equivoqué. También salió tres días antes del atentado de Atocha y tuvo que cambiar toda la promoción. Al mes murió mi padre, que fue un palo grande.

¿Qué echa de menos de él?

Todo, pero especialmente verle la cara cuando me escuchaba. Este disco sería mejor con sus consejos. Nos hubiéramos peleado mil veces, pero yo valoraba mucho su opinión sobre mi música.

¿Le pesa su apellido?

Es mi mayor orgullo. Además, al principio fue el que me abrió las puertas y me permitió actuar en el programa de M.ª Teresa Campos. Si mi apellido fuera Pérez, no hubiera tenido esas oportunidades.

Es sincero al reconocerlo.

Es que es cierto, lo tuve más fácil que otra gente que empieza. Eso sí, una vez que te escuchan no puedes defraudar, porque eres el hijo de alguien muy querido.

De joven, ¿no le llevaba la contraria y oía heavy metal?

En el coche, yo llevaba cintas de Leño y Barón Rojo, las alternábamos con Mairena. No le gustaba nada Loquillo, decía que era dar gritos.

Ahora ¿canta sus temas?

Me los piden allá donde voy. El emigrante siempre cae, y alguna menos conocida.

¿Le animó a ser cantante?

A mí me daba mucho respeto y vergüenza, pero cuando le puse mi maqueta, me dijo: «¿Cómo no me has dicho antes que cantabas esto?». A partir de ese momento, me apoyó incondicionalmente.

¿Usted iba para periodista?

Sí, estudié en Pamplona y estuve dos años echando currículos, hasta en el gabinete de la NASA yo creo que recibieron uno. Luego hice prácticas en Abc y en El Correo de Andalucía. Acabe en una tele local de Estepona, haciendo informativos y un programa de flamenco.

Vive en Sevilla, pero graba en Madrid. ¿Cómo lo lleva?

Pues viviendo en el AVE, muchas letras me han salido allí. Sea donde sea el concierto, siempre me vuelvo para acá para despertarme en el Aljarafe, que me da la vida.

¿Qué es lo que más le engancha de Andalucía?

La luz, el sol, la forma de vivir… Me despierto en Madrid, con ese cielo gris tan deprimente. Paso Despeñaperros y me siento en mi tierra.

* Zona El Límite (Salobreña). Domingo, a las 21.00 h. Entrada gratuita.

Flamenco, pero a su estilo

«El flamenco es como los samuráis: si entras, no sales», explica Valderrama. «Mi padre se metió a las canciones y nunca se lo perdonaron». En el disco de Valderrama hay cajones con baterías y guitarras flamencas con acústicas. «Lo hago a mi manera, respeto mucho ese mundo del flamenco», añade. «Yo le pongo lo que tengo, a mi manera, me interesa mucho la música de raíz popular».

BIO

Nació en Madrid en 1972. Vive en Sevilla desde los 14 años. Le gustan los coches clásicos, tiene un Seat 124 Sport Coupe.