'El fotógrafo de cadáveres', el retrato de una profesión atípica

  • La tercera novela de Julio Castedo narra el asedio austrohúngaro a Belgrado.
  • Su protagonista es un fotógrafo que retrata a soldados muertos en la Gran Guerra.
  • "El relato surgió a partir de una conversación con unos amigos; yo desconocía esta figura profesional", asegura el autor.
El escritor Julio Castedo.
El escritor Julio Castedo.
EFE
El escritor Julio Castedo.

Ambientada en la Primera Guerra Mundial y con un protagonista dedicado a una profesión atípica: retratar a soldados muertos. Esa es la carta de presentación de El fotógrafo de cadáveres, la tercera novela de Julio Castedo, que cuenta el transcurso del asedio austrohúngaro a la ciudad de Belgrado.

A su principal personaje, Stefan Adler, el fotógrafo vienés al que le encargan esta peculiar tarea, le acompaña en las páginas de esta novela Arthur Klammer, un joven soldado "apático" de la vida y con el que vivirá una historia entrecruzada en el devenir del año 1914 en la capital serbia.

"El relato surgió a partir de una conversación con unos amigos porque yo desconocía esta figura profesional", ha asegurado Castedo.

Contratados por damas de la Cruz Roja

Los fotógrafos de cadáveres que dan nombre a esta novela existieron en la Primera Guerra Mundial y fueron contratados por las damas de la Cruz Roja para retratar a los soldados muertos de la alta sociedad austríaca durante el asedio a Belgrado.

"Aquel sistema fracasó porque la imagen que devolvían los fotógrafos a las familias eran desoladores", añade Castedo, que comparte su "vocación literaria" con su trabajo como neurorradiólogo y productor audiovisual.

En El fotógrafo de cadáveres (Plataforma Editorial) se entremezclan capítulo a capítulo las vivencias de Arthur, un joven apático aislado del mundo que sueña con convertirse de un escritor afamado, y Stefan, un fotógrafo que trata de superar el fracaso de su verdadera afición, la pintura, a la que se dedicaba su padre.

"Stefan se da cuenta del dolor que supone para los padres ver el retrato de sus hijos muertos y se preocupa por maquillarlos, curarlos y devolverles una imagen tolerable", asegura Castedo.

Para ello contará con la ayuda de María, una enfermera que compartirá la inusual tarea durante el asedio de Belgrado, donde se centra la novela a lo largo de sus doscientas páginas.

Ambos son "compañeros hechos en la desgracia", explica el autor, al igual que la relación que Arthur forma con Franz, compañero de contienda, y con el que descubrirá que hay vida más allá de su habitación.

"La novela está pensada para el cine"

De este último, Castedo ha destacado su "inocencia y pureza al no comprender una guerra que le ha tocado vivir", mientras que de Stefan, "desencantado de la vida", ha resaltado que ve "en este tipo de fotografía una forma de redimirse y de sentirse útil", después de su fracaso en la pintura y como retratista de la alta sociedad en Viena.

"Ambos están desubicados y tienen una forma desolada de afrontar los problemas", ha explicado el escritor madrileño, que considera que "desde el punto de vista humano, la Primera Guerra Mundial tiene muchas historias interesantes".

"Yo creo que un escritor escribe con independencia de lo que vende", concluye Castedo, que ha avanzado que El fotógrafo de cadáveres está pensado para el cine y que le gustaría algún día trasladarla al séptimo arte", aseguró.

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