El presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, José Antonio Griñán, ha manifestado este miércoles, tras la multitudinaria manifestación celebrada ayer en Barcelona, que es tiempo del diálogo y que la clave de la respuesta política no puede ser otra que la de la Constitución y desde ella, reforzar y no debilitar los consensos que nos han permitido los años mas prósperos y la convivencia más integradora de nuestra historia.

Durante su intervención en la reunión del grupo socialista en el Parlamento andaluz, Griñán ha manifestado que se haría mal en restar importancia a dicha manifestación y en no ser conscientes de que toda expresión de malestar o de reivindicación exige de los representares políticos un doble esfuerzo: saber escuchar, entender y comprender, y tratar de encauzar por la vía del diálogo y del entendimiento lo que pueden ser soluciones, obtenidas de forma consensuada, a una reivindicación o demanda.

A su juicio, lo peor que podría ocurrir es que los representantes políticos nos situáramos en posiciones antagónicas e irreconciliables. Ha expresado su preocupación por que se trate de hacer de esta situación una batalla dialéctica que impida encontrar una salida constitucional y constructiva a esta situación.

Ha recalcado que la manifestación de ayer fue relevante de lo que está ocurriendo en los últimos tiempos y ha aprovechado para expresar su temor de que la crisis "puede poner en peligro" los dos consensos básicos que anudaron el lazo constitucional, el modelo social y el modelo de estado.

A este respecto, José Antonio Griñán ha mostrado su preocupación por que haya tantas voces diciendo tantas veces que el estado del bienestar y el estado de las autonomías son "inviables, sin mostrar caminos alternativos y sin preocuparse de forjar consensos nuevos", lo que nos ha llevado a una situación de vacío en nuestro modelo de convivencia, que es algo "peligroso".

A su entender, la manifestación de ayer de Barcelona es muy importante en términos políticos y convendría que antes de plantear qué hacer, intentáramos comprender por qué hemos llegado a este punto. Ha apuntado algunas razones, como la existencia de un sentimiento nacional que ha ido creciendo hacia posiciones más radicales e independentistas, recordando que el proceso de reforma del Estatut supuso "indebidamente" una "división radical e innecesaria en el conjunto de España" y frustró muchas expectativas que se habían concitado.

También se ha referido como otra de las razones a la política de recortes y de falta de financiación de la administración que ha desembocado en la utilización "de la figura del rescate en términos peyorativos, como un elemento que se pueda ver como humillación por algunos y de expolio por otros".

En su opinión, ha sido fácil en este caso "volver a reproducir" el debate sobre el pacto fiscal y transmitir la sensación de que sin la solidaridad con el resto de España, Cataluña "no habría precisado el rescate" ni habría tenido que hacer tantos recortes.

Griñán también ha estimado que ha existido una "radicalización" del discurso de los representantes políticos" que ha supuesto una menor posibilidad de acercar posiciones.

A su juicio, es tiempo del diálogo, del entendimiento y del mandato representativo, y de que los representantes políticos no busquen aliados entre la población para fijar posiciones irreconciliables, como pueden ser la independencia que rompería en dos la sociedad catalana, sino que traten de encontrar posiciones de entendimiento, que permitan una coincidencia de todas las posiciones en discusión.

Ha recalcado, ante todo, que es tiempo de reforzar el consenso constitucional. "La clave de la respuesta política no puede ser otra que la de la Constitución y desde ella reforzar y no debilitar los consensos que nos han permitido los años mas prósperos y la convivencia más integradora de nuestra historia", ha señalado.

Asimismo, ha estimado que sería bueno que tuviéramos en cuenta que el problema de Cataluña no puede tener únicamente respuesta en ese territorio, sino que la tiene que tener en toda España.