El Ayuntamiento de Laredo ha elaborado una iniciativa singular de empleo denominada "Atalaya, Espacio Vivo" destinada a la inserción laboral de siete personas en paro vía autoempleo. La propuesta, que aspira a una subvención del Servicio Cántabro de Empleo para su fase inicial, se inserta dentro del Eje de Desarrollo Regional denominado "Turismo e Industria Cultural".

Así lo ha dado a conocer la concejal de Empleo, Promoción Económica y Comercio, Rebeca Escudero, que confía en la viabilidad de una idea en la que lleva meses trabajando según encargo específico del alcalde, Ángel Vega. Una estrategia en la que la experiencia de la Agencia de Desarrollo Local de Laredo desempeñará un papel decisivo a la hora de seleccionar a los candidatos y contribuir a optimizar las posibilidades de éxito de la futura empresa, ha indicado el Ayuntamiento en nota de prensa.

La idea se apoya en la puesta en valor de un patrimonio como el del Fuerte del Rastrillar, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la Categoría de Monumento el pasado 20 de octubre. Dicho entorno puede contribuir a la creación de empleo directo en sectores y ocupaciones innovadoras relacionadas con el ámbito turístico y cultural.

Entre las actividades viables que se barajan, destaca la de impulsar un centro de interpretación del Mundo de la Mar, la Actividad Pesquera o la propia historia del Municipio de Laredo. Todo ello sin olvidar la puesta en valor de las propias fortificaciones, dada la espectacularidad del conjunto fortificado costero contenido en sus límites.

Asimismo, el conjunto natural de La Atalaya es idóneo, según el Ayuntamiento, para el desarrollo de iniciativas formativas y educativas en el terreno ambiental, de interpretación territorial y de conocimiento del medio. También se destaca en la memoria del proyecto la posibilidad de desarrollar actividades lúdicas o incluso deportivas dirigidas a jóvenes que puedan disfrutar de su ocio en este espacio natural. Actuaciones y conciertos son otras de las actividades susceptibles de ser desarrolladas en tan estratégico enclave. Todo ello desde el respeto al entorno y a la normativa que le afecta, tanto en lo relativo al Plan de Ordenación del Litoral, como a la ya citada declaración como Bien de Interés Cultural.

La iniciativa prevé un periodo subvencionado de seis meses, del 5 de noviembre del 2012 al 4 de mayo de 2013, en el que las personas seleccionadas elaborarán un proyecto de actuación centrado en el desarrollo de actuaciones turísticas y culturales y definirán un plan de negocio. Posteriormente, dichas personas deberán poner en marcha el proyecto empresarial desde el que implementarán las actividades planificadas en el periodo anterior.

Los siete perfiles profesionales a seleccionar incluirán una persona titulada con experiencia en Marketing Empresarial; también habrá 4 titulados en Turismo y/o Historia; y dos Titulados Medios y/o Superiores y/o con formación interdisciplinar, preferiblemente en Medio Ambiente.

El Ayuntamiento de Laredo asumirá los gastos materiales y de funcionamiento que precise la iniciativa durante su ejecución. A su vez, el consistorio hará una cesión patrimonial temporal gratuita de un espacio municipal debidamente acondicionado en el Fuerte del Rastrillar. Dicha cesión tiene como objeto garantizar la viabilidad económica del proyecto. Además de esta aportación material, habrá otra colaboración técnica, a cargo de la Agencia de Desarrollo Local, tanto en la fase de selección, como durante el periodo subvencionado, y en periodo posterior al proyecto subvencionado.

Según el Ayuntamiento, gracias a este modelo de colaboración público-privada, se contribuye a impulsar la iniciativa de los emprendedores en este sector de gran proyección, al tiempo que se recupera un espacio patrimonial no aprovechado.

El Ayuntamiento contribuirá así a "estimular" una iniciativa privada hasta ahora muy escasa ligada al aprovechamiento y puesta en valor de los recursos turísticos y culturales. De hecho, según constata el estudio que sirve de base al proyecto, esa iniciativa está actualmente casi exclusivamente orientada a la hostelería, dejando en manos de la iniciativa pública el aprovechamiento de los recursos de atractivo turístico, con excepciones como los barcos de recreo o las excursiones a caballo.