El pasado 6 de agosto, la historia de amor más comentada de Hollywood se derrumbaba. En pleno verano, una revista publicaba unas fotos de Kristen Stewart haciéndose arrumacos con Rupert Sanders, el director de Blancanieves y la leyenda del cazador, que la actriz protagonizaba. Pero quizá el gran afectado por la historia no aparecía en las imágenes, llenas de achuchones y besos: en la sombra, pálido y con el corazón roto, todo el mundo se acordaba del hermoso Robert Pattinson, el engañado.

Nacido en Londres hace 26 años, lo ocurrido terminó de convertir a Pattinson en el héroe romántico del cine actual. Sus mohínes, gestos de dolor y frustración de la saga Crepúsculo se trasladaban al mundo real: sí, Pattinson es guapo, alto, millonario y famoso, pero también ha sido engañado. Como le puede pasar a cualquiera. Un inesperado golpe que termina de ubicar al vampiro del momento en uno más, como, por cierto, le consideran los que le conocen. "Es un chaval encantador, sencillo y tímido, que se ha visto obligado a lidiar con una fama que no esperaba", afirman quienes le conocen bien.

Debe de ser verdad: hasta 2008, Pattinson era uno más de los muchos actores jóvenes, guapos y prometedores que desfilan por la gran pantalla. Le habíamos visto en una entrega de Harry Potter, pero fue gracias al estreno de Crepúsculo cuando se convirtió en una superestrella. Una película relativamente pequeña que, de la noche a la mañana, se transforma en fenómeno mundial. De tomar pintas con tus amigos en un pub a verte en las carpetas y los dormitorios de la mitad de las adolescentes del mundo. "Él no esperaba esa repercusión —nos cuentan—. De ser un veinteañero normal a tener que recorrer el mundo con una legión de guardaespaldas detrás... Muy fuerte. Pero él lo lleva bien y, por cierto, hasta sus guardaespaldas son encantadores".

Pero... ¿cómo es Pattinson al natural? Muy alto, muy delgado y, según dicen, muy normal. Un joven que, en su vida cotidiana, usa camisetas baratas y zapatillas de skater, pero al que le sientan de maravilla los trajes carísimos que le calzan en la alfombra roja. Un chico que provoca desmayos allá donde va pero que, hay que reconocerlo, tampoco es de una belleza al uso. Algunas le llaman "el de la sonrisa picassiana", porque tiene la nariz ladeada, la sonrisa torcida y los ojos achinados. "Un tipo atractivo y muy magnético", aseguran. Un profesional que, eso sí, tiene difícil llevar una vida normal, porque ejércitos de fans le esperan en cada esquina.

Además, no es de grandes exigencias, caprichos de divo ni horribles vicios. Eso sí, fuma (Camel light) y le gusta irse de promoción con amigos. Chapurrea algo de español (uno de sus amigos más íntimos es mexicano) y gusta tanto a las jovencitas como a las señoras mayores, que admiran su elegancia, valoran lo que supone para sus hijas y le reconocen como un yerno ideal. Definitivamente, Kristen, me parece que has metido la pata: por un calentón con tu jefe has dejado escapar a un encantador, delicado y modesto vampiro.

Eso dicen los rumores: Pattinson fue descubierto abrazando a la cantante de Barbados el jueves, en los camerinos de los MTV Video Music Awards. Según parece, Rihanna llevaba unas semanas de "acoso y derribo" con el actor inglés. Pero, más allá de cotilleos, Pattinson es noticia por sus películas: Bel Ami, donde encarna a un joven que seduce a mujeres poderosas en el París de principios de siglo; Cosmopolis, donde le dirige David Cronenberg y, por supuesto, la última entrega de Crepúsculo, que llegará a España el 16 de noviembre.