Cómo afrontar la vuelta al trabajo en septiembre con optimismo

  • El síndrome posvacacional afecta a la mitad de los trabajadores españoles.
  • La mayoría de los empleados necesitan entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar suactividad profesional con normalidad.
  • Mantener una actitud positiva y seguir sencillos consejos puede ayudarte.
Una trabajadora en su oficina.
Una trabajadora en su oficina.
GTRES
Una trabajadora en su oficina.

Algunos se deprimen, otros están irritables. El tráfico, la rutina, los horarios... retomar el empleo después de un largo periodo de descanso nunca es fácil de afrontar. Es cuando aparece el denominado síndrome posvacacional, un mal que sufren la mitad de los españoles, según datos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Pero... ¿por qué se produce? Los expertos explican que durante las vacaciones, el cerebro tiende a eliminar las informaciones que generan un estado de ansiedad, dando paso a un estado de ánimo y de serenidad totales. Y claro, cuando uno regresa a la vida cotidiana, la historia cambia.

De hecho, en un informe de la empresa de recursos humanos Randstad, se desprende que la mayoría de los empleados necesitan entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar suactividad profesional con normalidad.

Por eso, lo mejor es mantener una actitud positiva y poner en marcha unos sencillos consejos. Miguel J.Roldán, presidente de The International School of Coaching (Tisoc), da una serie de claves.

Adaptarse a la rutina

  • Priorizar las tareas. No debemos intentar abarcar de golpe todas las tareas pendientes: algunas llamadas y correos electrónicos pueden esperar. Primero, hay que resolver lo más inmediato y, para eso, lo mejor es hacer una agenda con una lista de prioridades.
  • No es bueno volverundía antes. Enfrentarse de nuevo a la rutina siempre es complicado después de un largo periodo de descanso. Lo recomendable es volver al menos dos o tres días antes: permite ir acostumbrándose al ritmo habitual y retomar las funciones cotidianas como ir de compras u ordenar la casa.
  • Retomar las relaciones con los compañeros y los equipos. Para una primera toma de contacto es bueno organizar una reunión informal en la que podemos hablar de lo que hemos hecho y todo lo que hemos disfrutado durante las vacaciones, conocer lo que ha pasado en nuestra ausencia y poner encima de la mesa aquellos asuntos que tenemos que ir tratando a lo largo de los próximos días.
  • Adoptar retos nuevos en nuestro desarrollo profesional. El arranque debe servirpara plantearnos nuevas metas —como puede ser desarrollar una nueva habilidad a través de cursos de formación— que nos permita salir de la monotonía y tener incentivos personales para la automotivación. Además, como profesionales debemos estar siempre en un continuo proceso de desarrollo y mejora.
  • Combinar el trabajo con una vida personal gratificante. En nuestros ratos libres podemos practicar actividades baratas e incluso gratis si nuestra economía está más mermada después de las vacaciones: hacer deporte, salir a pasear, quedar en casa de unos amigos, leer un libro, asistir a algún acto cultural del municipio, etcétera.

Los empleos más expuestos

Normalmente, las personas que desempeñan trabajos muy operativos —por ejemplo, cadenas de montaje o call centers— son más propensas a padecer el síndrome posvacacional. Hay que tener en cuenta que este tipo de empleos son más rutinarios y, por tanto, menos motivadores.

En cambio, los que tienen trabajos más creativos o que permiten tomar decisiones son menos propensos a sufrirlo: este tipo de actividades potencian la innovación y el pensamiento reflexivo.

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