El ‘botellón’ se empieza a prohibir en el Casco Viejo el fin de semana

La ordenanza, aprobada ayer, prevé multas de hasta 3.000 1, pero, por ahora, la Policía invitará a los chavales a dejar el lugar.
Una cuadrilla de jóvenes bebe alcohol en las calles, algo que quedará prohibido de forma tajante. R.B.
Una cuadrilla de jóvenes bebe alcohol en las calles, algo que quedará prohibido de forma tajante. R.B.
Una cuadrilla de jóvenes bebe alcohol en las calles, algo que quedará prohibido de forma tajante. R.B.
No hay vuelta atrás. Hacer botellón en Bilbao, es decir, salir a la calle con un grupo de amigos y bebidas alcohólicas, ya ha quedado, oficialmente, prohibido bajo multas de entre 750 y 3.000 euros.

El Ayuntamiento bilbaíno aprobó ayer, con la unanimidad de todos los grupos, la ordenanza que prohíbe el botellón en todo Bilbao. Pero será en el Casco Viejo y, sobre todo, en la plaza Nueva, Unamuno e Iturribide, donde la Policía Municipal haga más hincapié.

Al principio, los agentes no irán «a saco». Pretenden disolver a los chavales, pero sin llegar a multar. Por el momento, sólo se sancionará si se resisten o reinciden por este motivo.

Durante los dos últimos fines de semana, los policías se han dedicado a informar de la prohibición a las cuadrillas de chavales, aunque en ningún caso les han disuelto o echado de las plazas.

La Policía Municipal, además, no destinará al Casco Viejo más patrullas de las habituales. Durante el último año y medio, el Área de Seguridad Ciudadana ha asignado al Casco Viejo una decena de patrullas –20 agentes–, con el objetivo de frenar las actitudes vandálicas y los frecuentes robos, así como hacer cumplir el horario de los bares.

A medida que la prohibición cale entre los jóvenes, los municipales saldrán a otras zonas de Bilbao, como San Pedro en Deusto, o las traseras de San Mamés.

La medida llega, casualmente, cuando ha cerrado uno de los locales de venta de alcohol en la plaza de Unamuno y frecuentado por los chavales. El otro, tendrá que cerrar próximamente.

Multa o limpiar las calles

Las duras sanciones que establece la ordenanza antibotellón –entre 750 y 3.000 euros– no siempre supondrán un esfuerzo económico para los jóvenes. El reglamento bilbaíno establece que los chavales puedan cambiar la multa por trabajos a la comunidad, tales como limpiar las calles después de la fiesta, o asistir a cursos de prevención de consumo de alcohol.

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