Tomada la decisión de acudir al juzgado cuando nos enfrentemos a un arrendatario moroso, lo mejor es ponerse en marcha acelerando los trámites que dependan de nosotros y armarse de paciencia, porque existe la posibilidad de que las malas noticias superen a las buenas.
De entrada, el procedimiento de desahucio exige abogado y procurador y, lógicamente, estos profesionales cobran por su trabajo. Además, los plazos se harán eternos. Es frecuente que los morosos apuren la permanencia en la vivienda hasta el último momento y todo el proceso suele rondar entre diez meses y un año. Dependerá de la agilidad del juzgado, de la dificultad de las citaciones, de las tretas legales que se le consientan al arrendatario, etc.
La buena noticia es que la ley permite acumular en un único procedimiento la petición de resolución del contrato de arrendamiento, con el consiguiente desalojo del mismo, y la reclamación de lo adeudado. Además, el procedimiento judicial es uno de los más simplificados que existen.
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