Alemania insiste en que el BCE no compre deuda de España o Italia y Monti pide "apoyo moral"

  • El ministro de Exteriores alemán alerta además de que ampliar las competencias del fondo de rescate permanente (MEDE) podría amenazar a la eurozona.
  • Un diputado de la coalición de gobierno alemana ha recurrido ante el Constitucional la opción de que el MEDE tenga licencia para pedir préstamos al BCE.
  • De llevarse a cabo esta licencia, los préstamos al BCE serían en condiciones muy ventajosas para que pueda adquirir bonos de países con más problemas.
  • El primer ministro italiano, Mario Monti, señala que la crisis ha azuzado los prejuicios nacionalistas dentro de la eurozona.

El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, continúa la línea seguida esta semana por el Gobierno germano y ha expresado su rechazo a que se conceda la licencia bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente, y a que el Banco Central Europeo (BCE) reanude la compra de bonos soberanos de países con problemas de financiación, como España o Italia.

En el avance de una entrevista concedida al semanario alemán Focus, Westerwelle alerta del peligro que podría conllevar la ampliación de las competencias del MEDE podría amenazar con la ruptura de la zona euro. "Europa podría caer debido a un exceso de solidaridad", llega a declarar Westerwelle. "Llámenlo que nosotros pidamos unas reformas y otros aboguen por otras", alega.

Asimismo, se opone de "forma categórica" a que el BCE compre deuda española o italiana para aplacar los embates de los mercados que dispara la prima de riesgo y los intereses de los bonos a largo plazo, y acrecienta la desconfianza entre los inversores.

Westerwelle asegura que no imagina "que el Bundestag —la cámara baja del Parlamento— respalde una política que ampare una responsabilidad conjunta ilimitada para Alemania". "Como diputado, ciertamente no puedo estar de acuerdo con esto", sentencia.

En esta misma línea, Westewelle, que es diputado por el Partido Liberaldemócrata alemán, insiste en que "el Gobierno no puede pactar una responsabilidad conjunta para con la deuda europea o con aquella de origen desconocido". "También es cierto que el debate en marcha por el momento implica otorgar al MEDE una licencia bancaria es incompatible con la Constitución alemana, advierte el titular de Exteriores germano, en la misma línea que el Bundesbank, el banco central germano.

Grecia, el asunto central

Por otra parte, Westerwelle puntualiza que Bruselas debe centrarse en la situación de Grecia, a quien exige "más rapidez y disciplina" a la hora de implementar las reformas y los ajustes que demanda la troika —el BCE, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI)— en el marco del segundo rescate concedido a Atenas.

"El asunto clave es asegurar que Grecia permanece en la zona euro", remarca Westerwelle. Sin embargo, critica que el Gobierno de Antonis Samaras "acuerde programas de ayuda y luego cuestione las reformas prometidas". Las fuerzas políticas helenas han mostrado durante un tiempo "un cierto grado de autosuficiencia" que, en la coyuntura actual, no es apropiado, apostilla Westerwelle.

El MEDE, ante el Constitucional

Por otro lado, Peter Gauweiler, diputado rebelde de la coalición gubernamental alemana, ha recurrido ante el Tribunal Constitucional la opción de que el fondo de rescate permanente, el MEDE, reciba una licencia bancaria para pedir préstamos al Banco Central Europeo (BCE).

Según publicó este domingo el Frankfurter Allgemeine Zeitung, el socialcristiano bávaro Gauweiler ha presentado ante el tribunal un texto con este particular, que se va a adjuntar al recurso de inconstitucionalidad que presentó él mismo en junio contra el conjunto del MEDE.

Así, uno de los más conocidos diputados rebeldes dentro de las filas de la canciller Angela Merkel quiere que en el supuesto de que el fondo de rescate permanente entre en funcionamiento, cualquier petición crediticia ante el BCE pase primero por el filtro del Bundestag (cámara baja alemana).

A su juicio, la actual normativa permite que el MEDE solicite un préstamo ante la autoridad monetaria europea sin supervisión de los legislativos nacionales.

Esto es algo que hay que evitar, considera el demandante, ya que entonces el BCE se convierte "de facto" en prestamista de última instancia, contra la legislación comunitaria vigente y el expreso deseo del sector político alemán más ortodoxo.

¿Qué pasaría si el MEDE tuviera licencia bancaria?

El presidente del BCE, Mario Draghi, indicó el jueves que en principio no considera que la solución a la crisis de la eurozona pase por que el MEDE se dote de una licencia bancaria.

De disponer de esa licencia, el fondo de rescate permanente podría, como cualquier banco privado de la eurozona, pedir prestado al BCE en unas condiciones muy ventajosas y, con ese efectivo, adquirir bonos soberanos de los países con más problemas para financiarse en los mercados, como España e Italia.

Esta es una de las propuestas para aliviar las tensiones en los mercados que más adeptos tiene en Bruselas y otras capitales europeas, pero cuenta con la oposición frontal del Ejecutivo alemán y del Bundesbank (banco central alemán).

Diputados alemanes de la coalición gobernante y de la oposición, así como varios colectivos de ciudadanos, presentaron a finales de junio varios recursos ante el Tribunal Constitucional para impedir la puesta en marcha del MEDE y del pacto fiscal.

El MEDE, que según el Consejo Europeo debía entrar en funcionamiento el pasado 1 de julio, quedó desde entonces en suspenso a causa de este asunto legal en Alemania, que está previsto que se resuelva el 12 de septiembre, con el fallo del Constitucional.

Italia pide más margen de maniobra

Mientras tanto, el primer ministro de Italia, Mario Monti, ha reclamado más "margen de maniobra" y "apoyo moral" por parte de Alemania y otros socios comunitarios para que los países afectados por la crisis que aplican ajustes y reformas puedan tener éxito.

En una entrevista avanzada hoy por el semanario político alemán Der Spiegel, el primer ministro italiano advierte de los riesgos de la inflexibilidad en esta crisis. "Si Alemania y otros países están interesados en que la actual política en Italia tenga futuro", entonces deben dar "apoyo moral, no financiero" a Roma, aseguró Monti.

En general, el primer ministro italiano agregó de seguido que Berlín y otras capitales europeas "deberían dejar algo más de margen de maniobra a algunos países de la eurozona que cumplen de la forma más estricta los requisitos europeos".

No obstante, no especificó si ese margen debe concederse dentro de las políticas de consolidación fiscal, en la aplicación de los ajustes o en la regulación de ciertos mecanismos europeos como los fondos de rescate.

Tampoco indicó cuáles son los países, además de Italia, a los que se refería, aunque en varias ocasiones ha señalado que ambos países compartían el afán reformista y el peso de la presión de los mercados.

Apuntó que la "desconfianza" general desatada por la crisis de la deuda es la que hace que algunos países muestren "cierta preocupación" ante la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) reactive su programa de compra de bonos soberanos en el mercado secundario.

Esta acción, que ya llevó a cabo el BCE durante varios meses el año pasado, serviría para aliviar tensiones en los mercados y los costes de financiación de la deuda española e italiana, situada ahora en cotas muy elevadas y poco sostenibles a largo plazo. "Esas preocupaciones son infundadas. Esa es precisamente la desconfianza que nos ha impedido en esta crisis encontrar una solución clara. Tenemos que superar esto rápidamente y volver a confiar los unos en los otros", afirmó Monti.

El primer ministro señaló que la crisis ha azuzado los prejuicios nacionalistas dentro de la eurozona, algo que consideró "muy intranquilizador", porque ha levantado "un frente de confrontación entre el norte y el sur" de Europa.

"Las tensiones que acompañan a la eurozona en los últimos años llevan implícita la semilla de la disolución psicológica de Europa", advirtió Monti, que considera la divisa común piedra angular de la integración del continente.

A continuación, el primer ministro aseveró que "si el euro se convirtiese en un factor para la desintegración europea", entonces quedarían destrozados "los fundamentos del proyecto Europa".

Monti recordó asimismo que Alemania y Francia, las dos mayores economías de la eurozona, fueron los primeros países que incumplieron, en 2002 y 2003, los límites de endeudamiento fijados en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, dando un "mal ejemplo" al resto de miembros.

Además, destacó que "mucho de lo que Alemania y Francia han hecho por el rescate de Grecia ayuda también a los bancos alemanes y franceses, que son con mucho los mayores acreedores de Grecia y de los bancos griegos".

Italia, agregó, que es un contribuyente neto a los fondos de rescate, apenas se beneficiaba indirectamente de las ayudas para Atenas. De hecho, Monti indicó que la deuda pública italiana ha pasado a suponer el 123,4% del producto interior bruto (PIB) por los rescates, ya que sin ellos se situaría en el 120,3%.

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