¿Cómo surgió la idea de un título como Naves ardiendo más allá de Orión?

Me había gustado de siempre la secuencia final de Blade Runner, en la que el replicante se lamenta de lo que ha visto. Y la idea de la fugacidad del tiempo y la precariedad servía como idea en común a todo el disco, como una llamada a rescatar algunas cosas del olvido.

Una fugacidad a la que también está sujeta la creación musical en estos días de descargas de Internet...

Si, también, porque el panorama musical es a veces despiadado y hay un hábito de consumo terrible, que todo lo trata como un objeto de usar y tirar.

¿Cómo se le ocurrió incluir una rumba?

Hace dos años y pico se murió El Vaquilla, y ya tenía en mente hacer una canción, como recuerdo a todos esos personajes de la gran ciudad que son carne de trena. Uno de sus referentes más inmediatos eran Los Chichos, así que la rumba era lo que más le cuadraba.

Volviendo a la piratería, ¿no cree que la industria musical es también culpable por no saber adaptarse?

Sí, el negocio ha de hacer un ejercicio de autocrítica, y revisar su modelo, en el que la pluralidad no ha sido muy habitual.

* Palacio de Congresos. Corts Valencianes, 60. Hoy, a las 21.30 h. Entradas agotadas.

BIO

Nació en el popular barrio de Vallecas en 1974. Se inició en el circuito de bares de la capital, recuperando la tradición de cantautores hispanos junto con Javier Álvarez o Pedro Guerra. Debutó en 1997 con Atrapados en azul.