La tienda la inició su tío, Antonio María García, o AMG, firma popularmente llamada Los Motores, con sede durante la República en la avenida de la Libertad, 37, ahora del Padre Esplà. Después (en 1946) se hizo cargo del negocio su padre, Martín Fuentes Navarro, y luego él, sucesor de esta saga familiar que anima el negocio junto a sus empleadas Gloria y Patricia, y sus dos hijas, Nicole y Elena.
Conductor empedernido, dueño de un Renault Clio, a sus 91 años continúa asiéndose al volante, sin ninguna multa y ningún accidente. Y pronto renovará el carné: «A los 93. Y me lo dan, seguro», afirma, apoyado en un mostrador de madera ancestral, con sudor de clientela y facturas, donde expende bombillas «hasta de 125 watios», cordón trenzado, llaves de porcelana, flexos, lámparas, neones o interruptores.
Menudo y convulso, sabe que nació el 22 de mayo de 1915, aunque no exactamente dónde: «Pero en Alicante seguro». En todo caso, «de pequeño jugaba en la calle Torrijos», hoy de César Elguezábal. El local siempre estuvo de alquiler. «Mi padre pagaba 20 pesetas al mes y yo hoy 318 euros».
Socio nº 73 del Atlético Montemar (admitido el 11 de julio de 1932); alumno 161 de la Escuela Popular de Guerra número 1 de Alicante y sargento republicano de infanteria desplazado al frente («no salí de él»), al acabar la guerra huyó a Francia, donde trabajó ocho años en una fábrica de bicicletas, se casó y enviudó.
Electricista jubilado de la Residencia –el Hospital General–, su «tienda, taller y almacén» antes vivía de proveer a empresas y organismos oficiales. Ahora atraviesa «el peor momento, hay mucha competencia». El salvavidas es «la clientela de toda la vida», que evita el apagón de este útil, y radiante, comercio.
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