El Ayuntamiento de Huelva, gobernado por Pedro Rodríguez (PP), ha puesto en marcha un año más en colaboración con Cruz Roja y el Consejo Local de Discapacidad el programa 'Un baño sin barreras', con el que pretende ayudar a personas con algún tipo de discapacidad a que puedan disfrutar de las playas.

En concreto, el programa ha sido inaugurado oficialmente esta semana por el alcalde de Huelva, el presidente provincial de la Cruz Roja, Juan José Blanco, y la teniente de alcalde de Familia, Servicios Sociales y Juventud, Pilar Miranda, si bien ya lleva desde principios de este mes de julio prestando servicio dos días a la semana —martes y jueves— en la playa del Caño de la Culata, algo que seguirá haciendo hasta finales de este mes de agosto, según ha informado el Consistorio en un comunicado.

Según las cifras facilitadas por el Ayuntamiento, el programa ha beneficiado desde su puesta en marcha, hace 13 años, a más de 5.000 onubenses con discapacidad, a quienes se ofertan talleres y actividades de ocio y dinamización.

De esta manera, el programa incluye la instalación en la playa, junto a uno de los puestos de socorro de Cruz Roja, de una carpa dotada de sillas y mesas, así como de determinados materiales de ocio como juegos de parchís o aparatos de música, que pretende servir de lugar de sombra y prestar una "atención rápida", en caso de emergencia, a los usuarios del proyecto.

El objetivo del programa, según ha recordado el Consistorio, es "ofertar una actividad de ocio y tiempo libre lo más normalizadora e integradora posible", y está dirigido "de forma específica" al colectivo de personas con discapacidad, "fortaleciendo sus capacidades y reduciendo su vulnerabilidad".

Las personas en silla de rueda cuentan con la posibilidad de bañarse a bordo de unos vehículos especiales llamados 'anfibuggy' con capacidad para hasta 19 personas que son atendidos por miembros de Cruz Roja y disponen de tres ruedas para facilitar la entrada en el agua.

Según las estimaciones del Ayuntamiento, más de cien onubenses, acompañados en algunos casos por sus monitores o cuidadores, disfrutan cada año de esta actividad, en la que además participa una veintena de voluntarios.