Los robos de elementos de aparatos eléctricos y electrónicos provocan nuevos focos de contaminación, según estudio

Los robos de componentes metálicos de aparatos eléctricos y electrónicos provocan nuevos focos contaminantes en Andalucía, según un estudio de Recilec, en el que se refleja que se producen una media de tres robos por semana en los 125 puntos limpios autorizados en la comunidad andaluza.

Los robos de componentes metálicos de aparatos eléctricos y electrónicos provocan nuevos focos contaminantes en Andalucía, según un estudio de Recilec, en el que se refleja que se producen una media de tres robos por semana en los 125 puntos limpios autorizados en la comunidad andaluza.

"Una vez sustraídos los componentes metálicos, los residuos acaban en medio de la calle, en el caudal de un río o en el campo, contaminando gravemente el medio ambiente", resalta en una nota Recilec. En este sentido, añade que son sustancias "altamente" tóxicas para la salud humana y el medio ambiente, como gases CFC, mercurio, plomo o PCB, que son emitidas a la atmósfera o contaminan el suelo y el agua.

Según datos estimativos recabados por Recilec, planta autorizada de tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, en Andalucía se producen una media de tres robos semanales en los puntos limpios, llegando en algunos casos a producirse un robo a diario. "La crisis económica, el alto valor de algunos metales, sobre todo cobre y aluminio, y la proliferación de puntos de venta ilegales donde los compran, resulta la combinación perfecta para la aparición de cientos de nuevos focos contaminantes que salpican toda la geografía andaluza", ha señalado.

La cadena comienza con la puesta en marcha de grupos organizados que captan a personas con bajos recursos económicos cuya actividad consiste en la búsqueda de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que rastrean en contenedores de basuras o directamente los roban de los puntos limpios o instalaciones industriales.

El siguiente eslabón de la cadena son los "chatarreros no autorizados", cuyas instalaciones, fuera de la ley en la mayoría de los casos, son receptoras de todos estos residuos, captados y transportados de forma irregular. "Son quienes compran el material robado y la clave para romper la sinergia de la actividad ilegal, pues si dejan de comprar dejarán de existir personas que quieran vender", ha resalta.

También, apunta que "se ha detectado un escaso control sobre empresas con fragmentadoras y cizallas". "El último tramo del negocio ilegal lo componen las personas y empresas que se dedican a la captación y acopio de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos completos para trasladarlos a países tercermundistas, donde escapan al control de las autoridades", ha añadido.

Por todo ello, apunta que en los últimos meses, más del 70 por ciento de los residuos procedentes de los puntos limpios que llegan a la planta que Recilec tiene en el municipio sevillano de Aznalcóllar, llegan "'canibalizados', es decir, sin metales y sin buena parte de las sustancias contaminantes que se han emitido previamente al medio ambiente".

Del citado estudio elaborado por Recilec se desprende en cifras estimativas que estos centros autorizados reciben una media de tres robos por semana. Granada y Huelva son las provincias que registran un mayor número de robos, mientras que Sevilla y Cádiz son las provincias con los residuos menos afectados.

Riesgos para salud

La manipulación incontrolada de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos es "peligrosa" y puede llegar a provocar "graves daños a la salud". En la planta de Recilec en Aznalcóllar (Sevilla), un 35 por ciento de los equipos de frío llegaron a las instalaciones sin motor-compresor en el año 2011, un hecho que provoca la liberación a la atmósfera de todo el gas refrigerante que contiene, un elemento que deterioran la capa de ozono y contribuyen al negativo efecto invernadero. Además, el aceite del compresor se vierte directamente al suelo y lo contamina, afectando al medio acuático.

Los aparatos frigoríficos que llegaron 'canibalizados' a la planta de Recilec fueron responsables de una emisión incontrolada de gas refrigerante de unos 3.780 kilogramos, lo que supuso una emisión de Dióxido de Carbono de 18.900.000 kilogramos, cantidad equivalente a la emisión producida por 9.000 coches circulando durante un año.

En los televisores la rotura deja en exposición polvo de plomo, componente tóxico que afecta directamente al sistema nervioso. Igualmente, el polvo de mercurio que contienen los tubos fluorescentes en una exposición muy alta podría llegar a provocar daños cerebrales o pérdida de visión. Por otro lado, el gas de los frigoríficos, liberado de forma incontrolada, forma atmósferas explosivas y deflagraciones que pueden causar "graves quemaduras o incluso la muerte".

Por todo ello, el sector del tratamiento de residuos eléctricos y electrónicos reivindica la persecución de este tipo de actividades ilegales, demanda extremar la vigilancia, el cierre inmediato de instalaciones ilegales que gestionan este tipo de residuos contaminantes, mayor número de multas y sanciones más elevadas.

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