Para criticar nuestra obsesión por los temporizadores diseña una bomba que explotará en 300 años

  • El artista conceptual mexicano Diego Trujillo ha obtenido con el proyecto uno de los premios de fin de carrera del Royal College of Arts inglés.
  • "300 Years Time Bomb" pretende mostrar la "relación dramática" de los seres humanos con la cuenta atrás.
  • La bomba no contiene explosivos reales, se trata de una simulación, pero la base teórica y técnica del proyecto es totalmente cierta.
La bomba diseñada por Diego Trujillo
La bomba diseñada por Diego Trujillo
Diego Trujillo
La bomba diseñada por Diego Trujillo

La vida puede ser entendida como una cuenta atrás. A partir de esa circunstancia biológica, el artista Diego Trujillo (México, 1986) reflexiona en su último proyecto sobre la obsesión de los seres humanos con los temporizadores y la "relación dramática" que hemos establecido con todo tipo de cuentas atrás.

Para llevar al terreno del arte conceptual su planteamiento, Trujillo ha presentado y diseñado 300 Years Time Bomb (Bomba de tiempo de 300 años), un prototipo de explosivo programado para estallar dentro de tres siglos y fabricado para durar hasta entonces sin que el paso del tiempo haga mella en la capacidad destructiva ni agote la mínima energía necesaria para garantizar el éxito de la detonación.

Base cierta y plausible

El proyecto es una simulación sin material explosivo real, pero la base teórica y el diseño técnico son totalmente ciertos y plausibles. Existe una bomba física, montada con todas las piezas y elementos que serían necesarios y programada para dentro de 300 años, pero no contiene explosivos.

300 Years Time Bomb, dice su autor, "analiza la relación entre el tiempo y la tecnología mediante la presentación de una explosión cronometrada de larga duración". En el "escenario" diseñado por Trujillo, el temporizador de la bomba muestra los años en forma de cuenta atrás reducida a segundos, una cantidad que comenzó desde una cifra tan estrafalaria ( 9.460.800.000 segundos) que se acerca al absurdo.

Trujillo afirma que la humanidad ha establecido una relación cultural extrema con la idea de cuenta atrás, derivada, sobre todo, de la influencia del cine. "Los explosivos reales están reservados a un porcentaje tan pequeño de la población, que la mayoría de nosotros no tenemos ni idea de cómo son las bombas reales, excepto por las películas de acción. Por tanto, las ideas más desarrolladas de la forma de una bomba están basadas en la ficción", ha señalado en una entrevista.

Basada en las bombas de James Bond

Para el diseño de la bomba, con los cartuchos de explosivo introducidos en una carcasa cilíndrica de metacrilato transparente, el artista se basó en algunas de sus escenas favoritas de temporizadores realizando una cuenta atrás mientras el protagonista intenta desactivar el explosivo. Cita como inspiración Sabotaje (Alfred Hitchcock, 1942), El último gran héroe (John McTiernan, 1993), La jungla de cristal (John McTiernan, 1988) y, sobre todo, la saga de James Bond.

La hipótesis de la que parte el artista es que la bomba es encontrada cien años después de su colocación. Ante la dificultad de desactivarla, construyen en torno a ella un silo seguro, que se convierte en lugar de peregrinaje y visita, lo que otorga al proyecto un nuevo sentido: el estudio de la designación de los monumentos y la necesidad de visita de los seres humanos a lugares que han sido marcados.

Batería y pantalla de última tecnología

Las mayores dificultades para el diseñador fueron construir una bomba que pudiese resistir el paso del tiempo. La batería es un prototipo experimental desarrollado en el MIT, la Cambridge Crude, y la pantalla del temporizador está compuesta por LED orgánicos (OLEDs) diseñados por la empresa inglesa Polyphotonix. Ambos elementos, según sus fabricantes, podrían resistir el paso del tiempo.

300 Years Time Bomb ha recibido uno de los premios del Royal Collegue of Arts para los proyectos más brillantes de fin de carrera de sus alumnos de diseño.

¿Qué va a hacer Trujillo con su bomba? Cuando se le pregunta, el diseñador dice: "Lo guardaré en mi casa. Dado que no es una bombareal no estoy preocupado por los accidentes. Sin embargo, mi casa está en México DF y creo que podría ser un poco complicado transportar la bomba en un avión. Tengo que pensarlo".

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