La familia Jackson protagoniza estos días un auténtico culebrón con episodios violentos, insultos, intervención de la policía, intrigas y tráfico de influencias. En el centro del huracán: la custodia legal de Prince, Paris y Blanket, los tres hijos de Michael Jackson y herederos de su fortuna, que será reconsiderada por un juez tras la desaparición, durante nueve días de su tutora y abuela, Katherine, de 82 años.

Todo comenzó este fin de semana, cuando Paris Jackson lanzó una serie de mensajes alarmantes en Twitter, en el que informaba que su abuela estaba desaparecida y que llevaba una semana sin poder hablar con ella. Incluso facilitó un número de un servicio de seguridad por si alguien sabía algo de ella o la había visto. Así transcurrieron nueve días, hasta que Katherine Jackson fue localizada en Arizona, en casa de su hija Rebbie, con la que fue a descansar unos días.

"Está jugando a las cartas todos los días. Se lo está pasando bien. Su salud estaba empeorando. Y sus médicos le ordenaron descanso inmediato, que se aislara del mundo exterior y descansara. No estaba muy bien", dijo Randy Jackson, hermano de Michael, en una entrevista televisiva, para justificar la extraña desaparición de la anciana. En su opinión, su madre está demasiado agotada para hacerse cargo de dos adolescentes y un niño.

Así, la mañana del martes, Randy y otros dos de sus hermanos, Jermaine y Janet Jackson irrumpieron en la casa que habitan los chicos y trataron de sacarlos de la casa a la fuerza para llevarlos a Arizona con su abuela. En vídeos de seguridad publicados por algunos medios puede verse como Trent Jackson, sobrino de Katherine, que estaba en la casa, trataba de detener a Randy y Jermaine, lo que terminó en un altercado violento con agresiones físicas que obligó a la intervención de la policía.

Por su parte, Janet tuvo otro enfrentamiento con Paris, de 14 años. En las imágenes de los vídeos de seguridad puede verse la cantante cómo trataba de arrebatarle el móvil a su sobrina y ha sido acusada de haberla llamado "pequeña puta consentida".

Esta inusual situación surgió después de que los hermanos de Michael Jackson escribieran una carta solicitando una revisión del testamento de su hermano, ya que creen los albaceas del cantante y abogados de los pequeños, John Branca y John McClain, elaboraron un plan para falsificar la firma de la estrella en un testamento que les convertiría en los administradores de su herencia.

Los dos abogados llevan años desmintiendo las acusaciones. Además, tras el intento de llevarse a los hijos de Michael Jackson por la fuerza, escribieron un comunicado en el que advertían que éstos no estaban a salvo con la familia Jackson.

"Estamos profundamente preocupados por el bienestar de la señora Jackson y especialmente por los hijos menores de Michael", indicaba el texto. "Nos preocupa hacer lo que podemos para protegerles de influencias indebidas, intimidación, codicia y otras circunstancias desafortunadas". Asimismo, explican que están "introduciendo medidas que ayudarán a protegerles de aquello con lo que están tendiendo que lidiar".

Las medidas consisten, concretamente, en plantear al juez que los chicos queden bajo la custodia temporal de su primo Tito Jackson junior, también llamado T.J, con quien al parecer Prince, Paris y Blancket tienen mucha relación. Se trata del hijo de Tito Jackson, un joven de 34 años casado y exnovio de Kim Kardashian, que, según relata la web TMZ, ha asumido el rol de padre desde que Michael Jackson muriera.

Los abogados alegan que la actual tutora legal de los chicos, Katherine Jackson, madre de Michael, ha sido retenida por sus propios hijos y los niños están sin supervisión.

Sin embargo, los hermanos de Michael Jackson aseguran que T.J. solo trata de buscar la influencia de los chicos, y que Katherine ya había hecho varias advertencias al respecto.

La polémica está servida.