La huelga de monitores de comedores escolares, que arrancó ayer con una pitada ante la DGA, apenas repercutió en el funcionamiento del servicio en los centros aragoneses. Aunque los sindicatos cifraron en un 80% el seguimiento de los paros (un 6%, según Educación), los responsables de los colegios explicaron a 20 minutos que los comedores funcionaron «casi con normalidad» gracias a los servicios mínimos y que, al no haber clases por la tarde no todos los niños se quedaron a comer.
Muchos centros, sin embargo, se vieron obligados a hacer pequeñas modificaciones en el menú y sustituir la verdura del primer plato por sopa, «porque los niños no necesitan tanta ayuda», comentaron. Los monitores de comedor mantendrán su huelga hasta mañana, aunque los mil trabajadores del sector amenazan con un paro indefinido a partir del 2 de octubre si no se amplía a tres horas su horario laboral.
Convivencia en las aulas Sólo el 2% de los escolares aragoneses cree que la relación con sus compañeros es «mala», según un estudio de la Universidad de Zaragoza. Cambiar la mentalidad del profesorado y la metodología de las clases y fomentar planes de convivencia mejorarían, según la encuesta, el clima en los colegios.
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