El hombre que vendió la metadona que le habían recetado a él a los miembros de una familia de l'Alcora (Castellón), dos de los cuales —una mujer y el novio de su propia hija— fallecieron, mientras que la chica quedó desvanecida, ha aceptado una condena de 3 años de prisión por un delito contra la salud pública después de que su abogada y el fiscal llegasen a un acuerdo en el juicio celebrado este viernes en la Audiencia de Castellón.

Así, el juez ha dictado una sentencia conforme al escrito de conclusiones acordado por la defensa del acusado y el fiscal, en el que se indica que sobre las 20.00 horas del 20 de octubre de 2011 el joven fallecido y su novia acudieron al Grao a comprar droga e hicieron el trato con el acusado, que les entregó medio gramo de cocaína y tres botes de metadona a cambio de dos teléfonos móviles.

La metadona es una sustancia que contiene el mismo principio activo que la heroína y que era poseída por el acusado al haberle sido suministrada en tratamiento terapéutico.

La sentencia condena al acusado a 3 años de prisión por un delito contra la salud pública —dos menos de los que había propuesto el ministerio público en el escrito de conclusiones provisionales—, así como a una multa de 116,76 euros.

Según informaron en su momento fuentes municipales, se trataba de una "familia desestructurada" y que había tenido "muchos problemas", que incluso les hicieron acudir a un programa de televisión para contar su historia. De hecho, en el vecindario se llegó a recoger firmas "en protesta por problemas de higiene personal y de mal olor del domicilio en que vivían".