Un chino que se había tomado unas cervezas de más comprobó que el panda gigante no es tan cariñoso como parece, tras saltar las verjas del zoo de Pekín para abrazar a un ejemplar que lo recibió a mordiscos.
El hombre entonces, respondió al panda de nombre Gu Gu mordiéndole también en la espalda.
El suceso, que protagoniza hoy todas las portadas de la prensa local, ocurrió ayer cuando Zhang Xinyan, de 35 años y padre de dos hijos, llegó a la capital china desde la vecina provincia de Hebei exclusivamente para ver de cerca a los pandas gigante del zoológico.
Antes de la visita, pasó por una cantina donde comió y se bebió cuatro cervezas, cantidad que puede parecer pequeña pero que no lo es tanto si se tiene en cuenta que la medida normal de una "rubia" china está en torno a los 650 mililitros.
Tras la comida, se dirigió al zoo y allí, preso de unas intensas ganas de abrazar a un ejemplar, se quitó la chaqueta y saltó la verja.
La repentina visita interrumpió la siesta del oso, que mostró su malestar mordiendo en una pierna a Zhang, quien intentó desembarazarse del animal devolviéndole los mordiscos, aunque con poco éxito.
Los trabajadores del zoo arreglaron el entuerto ahuyentando al animal con un manguera de agua y después se llevaron al hospital a la víctima, que no sufre daños graves.
El parque ha dicho que no es responsable del ataque puesto que hay suficientes carteles de aviso aunque manifestó que está considerando elevar las verjas, pues no es la primera vez que ocurre algo así.
Hace unos meses, un universitario enamorado saltó a los brazos de un oso panda del zoo para demostrarle a su novia cuánto la quería.
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