Los siete mineros encerrados en los pozos Santiago y Candín, en las Cuencas de Asturias abandonarán este lunes su encierro después de 50 días en los pozos.
El SOMA-FITAG-UGT ha dejado claro desde el principio que no permitiría llegar a situaciones extremas que pudieran poner en riesgo la salud de los compañeros o dejarles secuelas de por vida y que las razones humanas prevalecerían por encima de cualquier planteamiento sindical.
Los dirigentes sindicales han hablado con los propios encerrados para exponerles su postura y hacerles ver que su acción, que ya ha marcado un hito en la historia del movimiento obrero tras 50 días de encierro a 600 metros de profundidad, "ha logrado sensibilizar a la opinión pública y desencadenar nuevas acciones de respuesta ante la intransigencia difícilmente justificable del Gobierno".
"Los representantes de la federación hubieran preferido trasladarles directamente a los encerrados su posición, pero la actitud de Hunosa de no permitir el acceso al interior de las explotaciones a los representantes sindicales ha obligado a comunicárselo a través del teléfono interno de los pozos", sostiene el sindicato.
El SOMA-FITAG-UGT destaca la convicción y compromiso de los trabajadores en una acción tan significativa y emblemática como es un encierro en la mina. Por ello, "finalizan su protesta con orgullo, dignidad y la cabeza bien alta, sabiendo que han defendido legítimamente lo que corresponde, que no es otra cosa que el cumplimiento de los acuerdos pactados en el ámbito del Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas Mineras, así como el plan de la empresa pública".
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