Cuando la depuración es deficiente, los malos olores invaden las fincas próximas a la planta y «hay momentos en los que la gente no aguanta en casa, es muy duro», explica Campos. Además, después de ocho años de problemas, los vecinos aún no han logrado que se realice un estudio epidemiológico que evalúe los efectos de la planta sobre su salud. «Una técnica de Cataluña nos dijo que no se nos ocurriera comer nada de lo que tenemos plantado, ni las frutas de los árboles», comenta.

Patos, en aguas fecales

Los vertidos que hubo los días 8, 11 y 17 afectaron a la ría y a la Xunqueira del Lagares. «Veías los patos atravesando la marea de residuos», recuerda. Situaciones como ésta, opinan, evidencian que Vigo necesita una solución urgente a la depuración. A lo que se niegan es a una ampliación de la actual planta.

Anticipo de la batalla política

La polémica sobre la nueva depuradora de Vigo pone en evidencia «una batalla electoral anticipada». Así opina el portavoz municipal del BNG, Xabier Toba. Y lo cierto es que todos los grupos están aprovechando el futuro saneamiento vigués para salir a la palestra. El representante del PG, Manoel Soto, tildó ayer al presidente del Puerto, Abel Caballero, de cáncer para el PSdG-PSOE, por rechazar que la nueva planta se ubique en el puerto.