El Museo Thyssen muestra al público los secretos de la técnica de restauración pictórica

  • Estos días se puede ver cómo trabajan los restauradores en la obra 'El Paraíso'.
  • Es la primera vez que un museo español lleva a cabo un proceso de restauración de un cuadro ante la vista del público.
Dos restauradores observan la radiografía de la obra 'El Paraíso' de Tintoretto.
Dos restauradores observan la radiografía de la obra 'El Paraíso' de Tintoretto.
Museo Thyssen
Dos restauradores observan la radiografía de la obra 'El Paraíso' de Tintoretto.

El trabajo de restauración siempre se ha llevado a cabo en un taller a puerta cerrada. Al otro lado, expertos en arte, historia, química y radiología unen sus saberes en una especie de magia desconocida para el gran público que devuelve los colores originales a obras afectadas por el paso del tiempo o deterioradas por alguna otra causa.

Ahora, este arte ya no es ningún secreto. El Museo Thyssen de Madrid ha instalado en su hall central una gran urna acristalada con la obra El Paraíso, del pintor renacentista Tintoretto. Allí, cada día trabajan los restauradores ante la mirada de los curiosos. La restauración en sí comenzó el pasado 26 de junio y el martes se inauguró una exposición que desvela las técnicas y procedimientos empleados en este proceso. Con el título El Paraíso de Tintoretto en restauración. Estudio técnico, este didáctico paseo por el arte de resucitar las pinturas permanecerá abierto de forma gratuita hasta el 2 de septiembre.

Es la primera vez que un museo español lleva a cabo una restauración a la vista del público.

Las salas del Thyssen se han convertido con esta exposición en un improvisado gabinete de estudios técnicos, con macrofotografías, radiografías y reflectografías infrarrojas ocupando el lugar de los lienzos. Todas ellas ilustran aspectos interesantes del proceso de elaboración del cuadro y  explican la metodología empleada, que ha sacado a la luz aspectos hasta ahora desconocidos, como las dudas del pintor en la elaboración del cuadro.

Quitó personajes

"Esta información aporta documentación para comparar bocetos del mismo artista y ha habido muchas sorpresas", comentó  Ubaldo Sedano, director del Departamento de Restauración del Thyssen, quien señaló que se ha podido descubrir que Tintoretto eliminó personajes en la composición final, creando así más aire entre las figuras. También modificó composiciones y dejó inscripciones ocultas bajo capas de pintura, e incluso figuras desnudas a las que luego 'vistió' con pintura.

El director de restauración del museo destacó que si se conoce íntimamente la obra de arte "se pueden ver los elementos añadidos, como los barnices, y conocer los medios para su eliminación con total garantía. Esta eliminación es la parte más espectacular de la restauración".

El Paraíso, de 169,5 x 495 centímetros, forma parte de la colección del Thyssen desde hace 20 años. Se considera un hito en la carrera profesional de Tintoretto, el último gran pintor del Renacimiento italiano. Su restauración se debe a la necesidad de controlar el deterioro sufrido por esta pintura a lo largo de los años.

El papel de la tecnología

Hoy en día la tecnología juega un gran papel en el proceso de restauración. "El primer paso es analizar la obra con  rayos ultravioleta para saber si se ha repintado. Las estratigrafías desvelan las capas de la pintura de costado, para ver los materiales utilizados. Los rayos X permiten saber si debajo de la pintura hay otro cuadro pintado o si se hicieron cambios en la composición pictórica", explica a 20 minutos la restauradora de pintura antigua Mariluz Fabeiro. Los rayos infrarrojos, por su parte, permiten ver el dibujo subyacente, "es muy interesante, se ven muchos cambios", apunta Mariluz. "Todo esto es muy importante a la hora de enfrentarte a una obra", asegura la restauradora. "Es más fácil trabajar sabiendo lo que hay debajo y qué tipo de disolventes tienes que utilizar, porque la limpieza es el paso más arriesgado".

El barniz que recubre los cuadros que tienen más de 100 años suele ser amarillento, oscurece y cambia los colores originales. Los cielos azules se ven verdosos y tormentosos. Para devolver el esplendor a los lienzos, el restaurador debe eliminar ese barniz respetando la pintura que hay debajo. Para ello se utilizan disolventes específicos para cada obra. Después hay que restaurar las 'lagunas' de la pintura, aquellas zonas en las que la pintura se cayó, y a veces dejan una pérdida de grosor que debe ser nivelado con una capa de estucado (yeso con aglutinante). A continuación se retoca encima del estucado, mimetizando el color con el entorno para que no sea percibido por el ojo. "Nosotros fabricamos los colores usando pigmentos con barniz, y en cualquier caso los materiales que utilizamos son reversibles, se pueden quitar con facilidad", aclara la especialista.

"Es un trabajo apasionante, muchos de los cuadros antiguos están sin firma y estas técnicas han permitido descubrir sorpresas imprevistas, cuadros con mayor calidad debajo de lienzos anónimos, y obras de grandes pintores", explica.

Grandes restauraciones

Entre los grandes trabajos de la restauración figura el realizado con Las Meninas de Velázquez en 1984, bajo la dirección de John Brealey, experto del Museo Metropolitano de Nueva York. El Guernica de Picasso también tuvo que ser restaurado tras sufrir un ataque en 19  en el MoMA de Nueva York. Pero la obra más titánica de restauración ha sido la de la Capilla Sixtina: comenzó en 1980 y finalizó en 1994. el cambio fue tan espectacular que se llegó a decir que "todo libro sobre Miguel Ángel debería reescribirse". Otros fueron muy críticos.

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