La justicia argentina condena a 50 años a Videla por el robo de bebés durante la dictadura

Los ex presidentes de facto de Argentina, Reinaldo Bignone y Jorge Rafael Videla, durante el juicio en los Tribunales Federales de Buenos Aires.
Los ex presidentes de facto de Argentina, Reinaldo Bignone y Jorge Rafael Videla, durante el juicio en los Tribunales Federales de Buenos Aires.
EFE
Los ex presidentes de facto de Argentina, Reinaldo Bignone y Jorge Rafael Videla, durante el juicio en los Tribunales Federales de Buenos Aires.

La justicia argentina condenó este jueves al exdictador Jorge Rafael Videla a 50 años de cárcel por el robo de bebés dentro de lo que el Tribunal Oral Federal 6 de Buenos Aires ha considerado como un plan sistemático ejecutado durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983).

Videla, de 87 años, ya había sido condenado a cadena perpetua en diciembre de 2010 por delitos de lesa humanidad-eliminación física de adversarios políticos-.

El juicio alcanza a 34 delitos de apropiación de hijos de mujeres que, en su mayoría, dieron a luz en los centros de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), la guarnición militar de Campo de Mayo y el denominado Pozo de Banfield, en la periferia de Buenos Aires.

Durante el proceso, que comenzó en febrero de 2011 como resultado de una denuncia presentada hace más de 15 años por Abuelas de Plaza de Mayo, se han sucedido los testimonios de víctimas y represores, como el propio Videla, que negó un plan sistemático de robo de bebés y llegó a afirmar que las madres "eran militantes activas de las maquinarias del terrorismo y muchas de ellas usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de ser combatientes".

En las puertas del tribunal, cientos de personas siguieron la lectura de la sentencia desde pantallas gigantes y estallaron en gritos de alegría al escuchar las sentencias.

Videla se sentó en el banquillo junto al también el exdictador Reynaldo Bignone, condenado a 15 años; Antonio Vañek, ex-almirante, condenado a 40 años; el ex-capitán de fragata Jorge Eduardo Acosta, sentenciado a 30; y el exgeneral Omar Riveros, a 20, entre otros represores de la dictadura militar.

El tribunal también condenó al excapitán del Ejército Víctor Gallo a 15 años de cárcel y a su exesposa, Susana Inés Colombo, a cinco; al antiguo prefecto Juan Antonio Azic, a 14 y al represor Jorge Magnacco, a 10.

Mientras, el exjefe de la Armada almirante Rubén Oscar Franco y el exagente de Inteligencia Eduardo Ruffo fueron absueltos.

30.000 desaparecidos

La condena es por más de 30 hechos de apropiación de niños, hijos de mujeres que, en su mayoría, dieron a luz en los centros clandestinos de detención de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), la guarnición militar de Campo de Mayo y el denominado Pozo de Banfield, en el conurbano bonaerense. Entre estos casos de "sustracción, retención, ocultación y sustitución de identidad de menores de diez años" está el de Macarena, nieta del poeta argentino Juan Gelman y recuperada en Uruguay, en 2000.

Las estimaciones del Gobierno y de los organismos humanitarios calculan que las prácticas represivas de la dictadura dejaron un saldo de 30.000 desaparecidos, de los que 500 serían niños robados, según las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Hasta 104 de ellos habrían recuperado su identidad a día de hoy, pero existen otros 400 casos pendientes.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, hay motivos para celebrar porque "hemos logrado que se reconozca que fue un plan sistemático, que tuvieron esa aberrante idea de que nosotros no íbamos a criar a nuestros nietos, pero viajamos por todo el mundo para encontrarlos".

Contra la impunidad

El proceso que ha llevado a la condena de Videla fue iniciado hace 15 años por este colectivo, que ha mostrado su satisfacción por la decisión del tribunal.

"Queremos que se haga justicia, pero jamás por mano propia. Esos genocidas no sólo mataron a las mamás, sino que se apropiaron de sus bebés, pero tarde o temprano va llegando esa justicia", declaraba la líder de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeyda, antes de conocer el veredicto.

Mariana Zaffaroni, quien recuperó su identidad en 1993 y cuyo caso fue tratado en el juicio, consideró que la sentencia "tiene significado no sólo en lo personal sino también como sociedad". "Para cualquier ciudadano que vive en un país donde acciones como éstas no quedan impunes con el paso del tiempo, representan una garantía de que se hace justicia", afirmó Zaffaroni.

Entre las víctimas, Sara Méndez, detenida en 1976 en Buenos Aires por un comando que le arrebató a su hijo de 20 días. Trasladada ilegalmente a Montevideo, estuvo presa cuatro años y medio y al recuperar la libertad se volcó en buscar a su hijo, a quien encontró en 2002 adoptado por un expolicía argentino.

El juicio se ocupó también del caso de Macarena, la nieta del poeta argentino Juan Gelman, que fue localizada en el año 2000 en Uruguay, donde nació mientras su madre estaba detenida, y que hoy se sumó a la celebración de las organizaciones humanitarias en Buenos Aires.

"Es una sentencia histórica que confirma el plan sistemático", declaró. "Empezar a ver las caras de los responsables es una señal de que la justicia avanza".

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