La viuda no perdona a Farruquito y pide que cumpla entera la pena

Él prefiere pagar o trabajar. Mari Ángeles Madero, viuda de Benjamín Olalla (atropellado por el bailaor Farruquito en 2003) pronunció ayer sus últimas palabras, con las que cierra públicamente el «duro» calvario que ha sufrido tras perder a su marido.
Dice que no le perdona y pide que cumpla íntegramente los tres años de condena, en lugar de que se conmute por multa o trabajos a la comunidad, como ha pedido la defensa.«Hay que cambiar la ley para que las penas se cumplan». Éste es el deseo de Madero que ya ha cobrado la indemnización (102.483,55 euros). La viuda también ha dejado claro que nunca ha contactado con el artista y que, hoy, no le queda nada por decir porque «ha habido mucho chantaje y muchas mentiras sobre mi persona».

Lágrimas de emoción

Al recordar a su marido, se le escaparon las lágrimas. De él dijo que «era una persona que enganchaba por su forma de actuar, de hablar, por cómo le gustaba y disfrutaba de la vida». Lo más duro de todo ha sido «aprender a vivir sin él y levantar la cabeza diciendo tengo que hacer algo, esto es injusto».

Desde el accidente dice que no hace planes, que vive al día y que ahora quiere tranquilidad pero que seguirá trabajando en la Plataforma Olvidados por la Justicia, pero «detrás de la cortinas».

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