Todos quisiéramos tener una piscina en casa. Para empezar es algo difícil en un país como España donde la gran mayoría sigue viviendo en pisos. Pero hasta para aquellos que disfrutan de una vivienda unifamiliar, tener piscina no deja de ser un deseo.

Sin embargo, a la hora de vender nuestra casa, que tenga piscina puede no ser una ventaja. Es decir, la piscina añade valor a una casa… pero no siempre.

En la publicación bhgrealestate han repasado los factores que pueden influir para que una piscina ayude a la buena venta de nuestra vivienda.

Según estudios de los agentes inmobiliarios de EE UU, una piscina añade un 7,7% de valor a una casa y un 11% si está en el sur. No hay estudios similares respecto a España.

La piscina atrae a un público muy concreto. En principio a compradores de mediana edad con niños de mediana edad. Pero si los niños son pequeños, el hipotético comprador puede ver la piscina como un peligro. Para las personas mayores, una piscina suele ser algo que no necesitan y por lo tanto un gasto adicional.

Según los analistas consultados, si el comprador busca en una zona concreta donde abundan las piscinas… querrá que su casa haya piscina.

El precio final de una piscina depende de muchas variables, pero la inversión siempre será mayor porque normalmente habría que mejorar el entorno de la misma.

En todo caso, una piscina interior será más cara pero más rentable. Según este análisis, suele dar un retorno del 50% de su inversión al valor de la casa.

A unas y a otras, interiores o exteriores, no hay que olvidarse de los gastos de mantenimiento. Ese estado será fundamental a la hora de recibir a los posibles compradores. Necesitamos que la piscina luzca en perfecto estado, ya que lo contrario jugará en nuestra contra a la hora de negociar el precio.

Si el presupuesto es pequeño, las piscinas desmontables son una excelente opción. A diferencia de las de obra, estas piscinas son económicas, prácticas y rápidas de instalar. Pero eso sí, ya no será un elemento que de valor añadido a la casa.