Con estos problemas, ¿temieron que no saliera el disco?

No. Cuando a Terry le dio el ataque, sólo podíamos esperar que se pusiera mejor. También le afectó al brazo y no sabíamos si iba a poder tocar la guitarra. Ya está recuperado y estamos orgullosos del esfuerzo que ha hecho.

¿Qué es lo más duro de esta profesión?

El negocio que la rodea. A mí me gustaría hacer música y olvidarme del resto.

En este disco hay más sonido de guitarras.

La gente nos dice que oye más piano, pero las guitarras suenan más fuertes. He metido más de mi creación en piano.

En Fallen buscaban su identidad. ¿La han encontrado?

Sí. En el primer disco tenía la preocupación de reflejar lo que era Evanescence y ahora nos hemos podido concentrar más en que cada canción tenga su propia vida, su propio estilo. Hay más variedad y más libertad.

Con sus letras buscan la identificación. ¿Qué papel juega la estética?

Es importante, pero de lo que se trata es de traducir mis sentimientos en palabras sin pensar si la gente se va a identificar. Pero me alegro de que haya quien lo haga.

Es la única fundadora superviviente. ¿Siente más responsabilidad por ello?

¡Sí! Ahora tengo más obligaciones, pero con la experiencia lo llevo mejor.

Son un grupo con muchos fans...

Sí. No seríamos nada sin ellos, y los de España nos encantan porque son calurosos y apasionados.

¿Por qué Barcelona para presentar el nuevo disco?

Porque es una de nuestras ciudades favoritas.

Amy Lee y John Lecompt forman, junto con Terry Balsamo y Rocky Gray, Evanescence. Con Fallen vendieron 14 millones de copias.