El hombre juzgado por matar a su mujer en Porzuna (Ciudad Real) dice que no sabe por qué lo hizo

El hombre acusado de matar a su mujer en Porzuna (Ciudad Real) en diciembre de 2010, E.M.K., de 31 años y de origen marroquí, ha reconocido los hechos pero ha señalado que no sabe por qué la agredió, aunque no ha descartado que fuera por un arrebato por celos.

El hombre acusado de matar a su mujer en Porzuna (Ciudad Real) en diciembre de 2010, E.M.K., de 31 años y de origen marroquí, ha reconocido los hechos pero ha señalado que no sabe por qué la agredió, aunque no ha descartado que fuera por un arrebato por celos.

El hombre se ha manifestado así en su declaración en la primera sesión del juicio con jurado popular que se ha iniciado este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

Para este hombre, el fiscal pide 18 años de cárcel por un delito de asesinato, mientras que la acusación particular y la acusación ejercida en nombre del Gobierno regional elevan esta petición de pena hasta los 25 años de prisión.

Por su parte, el abogado de la defensa ha considerado que fue un delito de homicidio, por el que solicita 10 años de cárcel, dado que esgrime que la mujer, tras la agresión, salió del domicilio conyugal a pedir ayuda.

El procesado ha reconocido que tenía dudas sobre la fidelidad de su mujer y que, en última instancia, lo que derivó en la discusión que acabó con la vida de ella, fue que, horas antes, no le había cogido el teléfono.

El hombre también ha recordado que, nada más ocurrir el crimen, se lo confesó a la Guardia Civil.

La pareja convivía con cuatro pequeños, dos hijos de ambos y otros dos hijos de la mujer, Y.N.N., de 24 años de edad, que había tenido con otra pareja.

Los hechos ocurrieron sobre las 22.30 horas del día 18 de diciembre de 2010, cuando el acusado, de nacionalidad marroquí con residencia legal en España, inició una discusión con su mujer, Y.N.N., en el domicilio conyugal.

En el transcurso de la riña, el hombre golpeó con el astil de un hacha a la mujer en la cabeza y en una pierna, extremidad que le partió en dos.

A continuación, con un cuchillo de grandes dimensiones, la agredió en abdomen, pelvis, extremidades superiores e inferiores y tórax, en esta última zona por la espalda.

La autopsia se certificó que la muerte le sobrevino por las agresiones con el cuchillo en el abdomen y el tórax.

En este caso, como atenuante se aplica la confesión inmediata a la Guardia Civil y como agravante el parentesco que tenía con la mujer.

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