El portavoz de la asociación de apoyo a los presos Salhaketa, César Manzanos, ha denunciado que la reciente muerte de dos personas que cumplían su condena en la prisión alavesa de Zaballa supone la "aplicación extrajudicial de la pena de muerte". Asimismo, ha señalado que la "estrategia" del Ministerio de Interior "no es tanto evitar este tipo de muertes como que no se conozcan públicamente".

Salhaketa se ha concentrado este lunes frente a la sede de la Subdelegación del Gobierno central en Álava para denunciar la muerte en la cárcel de Zaballa de un preso de 64 años, natural de Bilbao, que tuvo lugar hace unas dos semanas.

Además, recientemente se conoció el fallecimiento de otro recluso en la misma cárcel. En este caso, se trataba de un joven de 31 años de la localidad guipuzcoana de Elgoibar.

En declaraciones a los medios de comunicación, Manzanos ha afirmado que en la nueva cárcel de Zaballa, destinada a sustituir a la de Nanclares de la Oca, "se está hacinando a las personas presas en los módulos, que son como 'microprisiones'". En su opinión, esto se debe a que "hay otros módulos vacíos por la falta de personal o de recursos básicos de infraestructuras y equipamientos".

Manzanos ha calculado que en dichos módulos "puede llegar a haber 140 personas", lo que trae consigo "problemas de masificación y de imposibilidad de garantizar los derechos básicos, como el derecho a la vida o a la salud".

No obstante, "lo que más preocupa" a Salhaketa es que la "estrategia" que está llevando el Ministerio de Interior "es la de ocultar estas muertes".

"Lo que se hace es un protocolo según el cual el objetivo no es tanto evitar estas muertes como que no se conozcan públicamente", ha asegurado Manzanos.

"vergüenza y desfachatez"

Respecto a la muerte del recluso de Elgoibar, ha apuntado que "apareció muerto en su celda y nadie explicó por qué". En esta línea, ha estimado "una vergüenza y una desfachatez" que desde Interior "se diga que es por muerte natural, cuando era un joven que no tenía problemas graves de salud".

En cuanto al preso bilbaíno, ha afirmado que había estado hospitalizado desde marzo hasta junio y que "no se le había aplicado el protocolo de excarcelación por enfermedad grave", lo que le llevó a sufrir una crisis que le provocó la muerte.

Manzanos ha subrayado que "muertes como éstas se pueden evitar", y ha recordado que el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza tiene competencias en materia de sanidad penitenciaria.

Asimismo, ha asegurado encontrarse "sorprendido por el ocultismo y la impunidad con la que están muriendo estas personas". "Los presos están privados de libertad pero no del derecho a la vida, porque eso se llama aplicación extrajudicial de la pena de muerte", ha afirmado.

Por todo ello, Salhaketa ha pedido que se cierre "de una vez" la antigua cárcel de Nanclares, "donde se pueden dar muchas situaciones de conflicto porque los presos en tercer grado estas abandonados".

A su vez, ha instado a que se produzca un "cierre cautelar" de la prisión de Zaballa "hasta que una investigación de oficio dilucide si está en las condiciones básicas para que se puedan garantizar los derechos a la vida, a la integridad física y a la salud".