El juzgado de lo Penal número 12 de Valencia ha condenado al expresidente de la Asociación Nacional de Empresearios y Profesionales Autónomos (Asnepa) Pedro Mezquida a cumplir seis meses de prisión por acosar sexualmente a la que fue su secretaria personal durante medio año, desde julio a diciembre de 2007.

Asimismo, el magistrado condena a este hombre —por un delito de acoso sexual— a pagar a la víctima una indemnización de 9.000 euros. También impone una pena de tres meses de prisión para otro hombre, que tenía a Asnepa como cliente, y que fue cómplice del acoso.

Según consta como probado en la sentencia, la denunciante trabajó como secretaria personal de Mezquida desde julio a diciembre de 2007, periodo en el que éste le manifestó continuamente, en comidas y viajes de trabajo, su deseo de mantener relaciones sexuales con ella. Le hizo saber que de este modo podría progresar laboralmente. Este comportamiento se inició a la semana en que la mujer empezó su trabajo como secretaria.

Así, en una comida con Mezquida y el otro condenado, aparte de "obligarla" —no forzándola físicamente, sino dándole a entender que si no lo hacía no cumpliría los requisitos— a consumir bebidas alcohólicas, le hicieron preguntas obscenas, en concreto sobre sus pechos, y sobre hasta dónde estaba dispuesta a llegar en este sentido.

Posteriormente, a lo largo de los seis meses en que fue su secretaria, Mezquida le siguió haciendo comentarios de naturaleza sexual y le indicó que no le había contratado para pensar, sino para estar dispuesta "a todo" o a estar "bien preparada".

Al no acceder la mujer a sus deseos, Mezquida le comunicó a mitad de noviembre que no era como él pensaba, que estaba "harto de tonterías" y que le daba una última oportunidad, de modo que si no cambiaba, se iría de su trabajo.

Seguidamente, empezó a degradarle profesionalmente, arrinconándole en cuanto a la ubicación de su puesto de trabajo y quitándole funciones, hasta que el 4 de diciembre de 2007 se le comunicó, por medio de otra empleada, que por orden de Mezquida tenía que dejar definitivamente su puesto de trabajo.

El otro condenado le dijo en varias ocasiones que debía acceder a los favores sexuales que le solicitaba el expresidente de la asociación, y utilizó expresiones como que debía tener a éste "contento y bien follado".

Como consecuencia de estos hechos, la mujer sufrió síntomas ansioso depresivos, tales como tristeza, tensión, irritabilidad, baja autoestima, preocupación, inseguridad, agitación nerviosa, cansancio, imposibilidad de relajarse y problemas de sueño. Estuvo de baja laboral por estados de ansiedad.