Delegados de la CIG ocupan una oficina de Bankia en Vigo para manifestar su rechazo al rescate europeo a la banca española ya que, según denuncia el sindicato, acabará repercutiendo sobre los ciudadanos.

Un grupo de delegados se presentó pasadas las 12.00 horas con pancartas y entró en las instalaciones de Bankia en la calle Urzaiz de la ciudad olívica, proclamando consignas para manifestar su descontento, aunque también hubo delegados que permanecieron concentrados en el exterior. La movilización concluyó sin incidentes una hora después, cuando los delegados sindicales abandonaron el lugar, al que también acudieron agentes de la Policía Nacional.

El responsable comarcal de la CIG en Vigo, Serafín Otero, ha afirmado que el rescate financiero "no es responsabilidad de los trabajadores" y ha culpado "única y exclusivamente" a la banca, por haber hecho hasta 2006 un "gran negocio" con la "especulación inmobiliaria".

Según añadió, las entidades españolas "ahora no pueden devolver" los préstamos que en su día les hicieron otros bancos europeos y por eso es España la que "pide un préstamo que al final se va a tener que devolver entre todos los ciudadanos".

Ante esta situación, el dirigente sindical ha abogado por una "respuesta contundente" y ha advertido de que "un rescate financiero no resuelve el problema del paro ni la economía del país".

"segundo rescate"

También ha vaticinado que, a consecuencia de la citada ayuda financiera solicitada, "en pocos días seguramente estarán anunciando un segundo rescate" y el cual, a su juicio, "será para no dar marcha atrás". Otero ha culpado de ello al modelo económico y social del Gobierno del PP, y también de su antecesor del PSOE, por "abocar" a España a la misma situación "de Grecia, Irlanda y Portugal".

Al respecto del debate abierto sobre si se debe dejar caer a los bancos en peor situación, Serafín Otero apuntó que "igual hay que liquidar alguno", si bien ha puntualizado que desconoce la situación exacta de todas las entidades.

Por otra parte, ha puntualizado que no es que rechace que la banca reciba ayudas, si bien apunta que deberá de existir un control y que esos fondos "luego deben repercutir en el resto de la ciudadanía, y para eso tienen que ser bancos públicos".