El equipo de restauración de la Fundación Santa María de Albarracín ha concluido después de un mes los trabajos de restauración de las policromías murales del la ermita del Santo Sepulcro de Estercuel.

Esta ermita ha sido restaurada arquitectónicamente con anterioridad, de manera que tan sólo quedaba hacer una adecuada restauración mural, atendiendo los escasísimos restos pictóricos que conservaban algunas de sus cúpulas. También se ha tratado el resto del conjunto de la ermita.

Sobre todo en la primera cúpula derecha del monumento, se observaban restos pictóricos de interés, que han sido intervenidos ganando especialmente en expresión y presentación, y que dan una idea clara del saturado recubrimiento pictórico que pudo tener en su época.

Estos restos han aparecido igualmente en algunas de las pechinas laterales, y en las de la cúpula central, en cuya base también se han rescatado algunas letras sueltas de una posible cartela que pudo recorrerla en todo su perímetro.

Por tratarse de una capilla del siglo XVIII, esta decoración pudo completar los paramentos y cubrimiento abovedados de toda la ermita, evidenciando una lógica decoración barroca. Son sobre todo elementos vegetales muy coloristas, de gran contraste pictórico, y de carácter muy popular, escasamente perfeccionistas, que engrandecía su espacio interior, de acuerdo con el gusto del momento.

El resto de la arquitectura se ha pintado de un blanco roto, que busca la neutralidad en los acabados y la clara lectura de los restos antiguos de mayor interés.

Tan sólo a las molduras se les ha dado un acabado grisáceo, de acuerdo con el color encontrado en las catas realizadas en las mismas por los restauradores. El resultado final es un espacio armónico y limpio, neutro por el color dominante y con evidentes pinturas restauradas de la policromía original, allí donde aparecían.