Una avería corta dos horas el cercanías de Fuengirola

El fallo se originó en un ordenador que regula el cruce de los convoyes. Afectó a once trenes: cuatro se quedaron atrapados en mitad del recorrido.
El apeadero del aeropuerto, ayer, minutos después de restablecerse el servicio de cercanías (Martín Mesa).
El apeadero del aeropuerto, ayer, minutos después de restablecerse el servicio de cercanías (Martín Mesa).
El apeadero del aeropuerto, ayer, minutos después de restablecerse el servicio de cercanías (Martín Mesa).
Iba a ser un viaje tranquilo de 50 minutos, lo que tarda María White en hacer el trayecto de Fuengirola a Málaga en el cercanías (C1), pero terminó en una encerrona. Para ella y los centenares de usuarios que ayer circulaban en el tren a las 10.40 horas. Una avería en el ordenador que regula el cruce entre los convoyes obligó a cortar el servicio durante dos horas, explicó un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). La normalidad llegó pasadas las 12.45 horas.El fallo afectó al menos a 11 trenes: seis fueron cancelados, otro salió con retraso a las 12.45 horas y la peor parte le tocó a los cuatro convoyes que se quedaron parados en medio de las vías. A dos de ellos lograron llevarlos hasta la estación de Carvajal, otro permaneció junto al Parador de Golf y el último, pasado el apeadero del aeropuerto.

Estos cuatro trenes iban llenos, según reconoce Renfe, por lo que unos 2.400 usuarios pudieron haberse visto perjudicados, teniendo en cuenta que la capacidad total de cada convoy es de 600 pasajeros.

Muchos usuarios se quejaron de la poca información que recibieron por la megafonía del tren y de que Renfe no habilitara autobuses. La empresa alega que Adif no precisó el tiempo que iba a tardar en reparar la avería. Eso sí, asegura que devolverá el importe del billete (2,30 euros desde o hasta Fuengirola) a quienes reclamen.

Testimonio de una afectada

María White. Restauradora, 48 años

«Una chica no paraba de llorar porque no llegó a un examen»

«Ayer por la mañana yo iba a un curso, pero muchos ancianos perdieron su cita con el médico, otros un viaje... Había una chica que no paraba de llorar porque no llegó a un examen, daba pena... Mucha gente cruzó las vías para coger el autobús en el aeropuerto».

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