Aiko pierde sus derechos al trono imperial japonés por culpa de su primito

Las claves:
  • Es tercero en la línea de sucesión al Trono Imperial.
  • Para suceder a su abuelo, el emperador Akihito, están antes que él su tío y su padre.
  • Así podría terminar la polémica sobre la ascensión al Trono del Crisantemo, creada por la ausencia de un heredero varón de los actuales príncipes.
Una imagen reciente de la princesa Aiko
Una imagen reciente de la princesa Aiko
Korpa
Una imagen reciente de la princesa Aiko

Miles de japoneses se han lanzado a las calles para festejar el nacimiento del nuevo vástago de la familia imperial japonesa. Aunque entre las capas más progresistas de la sociedad existe una cierta decepción. Aiko, tras el nacimiento de su primito, se ha quedado sin sus derechos de acceso al trono.

En Japón una monarquía en la que hasta la segunda guerra mundial el emperador tenía categoría de Dios por Ley el asunto de la sucesión a la corona imperial es de vital importancia.

La princesa Kiko, esposa del príncipe nipón Akishino y cuñada del príncipe heredero Naruhito, ha dado a luz a un niño, que se convierte en tercero en la línea de sucesión al Trono Imperial de Japón.

El niño nació por cesárea en el Hospital Aiiku de Tokio, a las 8.27 hora local (23.27 GMT del martes).

Tanto la madre como el bebé "se encuentran bien". El niño pesa dos kilos y 558 gramos.

La princesa Kiko, de 39 años, y el príncipe Akishino, de 40, se casaron en 1990 y eran padres hasta ahora de dos niñas, Mako y Kako, de 14 y 11 años, respectivamente.

El nuevo vástago imperial es el tercero en la línea de sucesión de su abuelo, el emperador Akihito, tras su tío, el príncipe heredero Naruhito, y su padre, el príncipe Akishino.

De esta forma, con este nacimiento podría terminar la polémica sobre la ascensión al Trono del Crisantemo, creada por la ausencia hasta ahora de un heredero varón.

Este niño es el primer varón que nace en la Casa Imperial nipona desde hace casi 41 años.

La Ley de Sucesión Imperial señala que los sucesores de la Monarquía más antigua del planeta deben ser varones descendientes por línea directa del emperador.

El príncipe Naruhito, de 46 años, y su esposa, la princesa Masako, de 42, sólo tienen una hija, Aiko, de 4 años, por lo que antes de que se conociera en enero el embarazo de su cuñada Kiko se había planteado la reforma de la Ley de Sucesión para posibilitar la ascensión al Trono de esta niña.

En noviembre pasado, un comité gubernamental recomendó cambiar la Ley de Sucesión para garantizar que el primogénito de los príncipes herederos pudiera convertirse en monarca, fuera cual fuera su sexo.

El primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, se comprometió a llevar ese cambio legal al Parlamento, donde la aprobación de la reforma habría despejado el futuro ascenso al Trono de Aiko.

Sin embargo, el embarazo de Kiko cambió todo, al existir la posibilidad de que diera a luz un varón con derecho a ser tercero en esa línea de sucesión.

Kiko había sido ingresada en la clínica Aiiku del distrito tokiota de Minato el pasado 16 de agosto, a fin de ser preparada para el parto y también a consecuencia de algunos problemas surgidos en su embarazo.

La princesa fue diagnosticada con una complicación en su gestación denominada "placenta previa", órgano que se sitúa más bajo de lo normal en el útero.

Situación española

En España está pendiente una reforma constitucional que asegure la sucesión del trono a la primogénita de los Príncipes de Asturias, la infanta Leonor.

En principio todos los partidos políticos se mostraron a favor de un cambio que elimine la discriminación de la mujer en la sucesión del trono, como ya sucede en otras monarquías europeas como Noruega, Suecia, Holanda o Bélgica. Dinamarca, al igual que España, también está pendiente de una reforma constitucional igualitaria.

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