La pareja de C.E.B, la mujer que el pasado 6 de diciembre de 2010 fue presuntamente asesinada por su expareja en la localidad vizcaína de Barakaldo tras herir de gravedad a su novio, ha asegurado que la joven "vivía aterrorizada" por el miedo que le provocaba su excompañero sentimental y que, por eso, se la llevó "unos cuantos meses" fuera del País Vasco. Sólo cuando consiguió la orden de alejamiento, un mes antes de su muerte, ambos comenzaron a pasar más tiempo en Euskadi.

En la sesión de este jueves del juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial de Bizkaia, ha comparecido la pareja de la fallecida en el momento de los hechos, que ha asegurado, además, que el ataque se produjo "por sorpresa" y que no tuvo "tiempo físico" para responder a la agresión con arma blanca del acusado, S.M.G.

Los hechos que se están juzgando acaecieron a finales de 2010, cuando, según la Fiscalía, el acusado se descolgó desde la azotea de la vivienda de la víctima con un sistema de cuerdas hasta el inmueble, y pese a tener una orden de alejamiento y tras forzar una de las ventanas del balcón, permaneció escondido en una de las habitaciones del domicilio hasta la llegada de su expareja y su entonces compañero sentimental.

Durante su testimonio, el novio de la víctima en el momento de los hechos ha reconocido que conocía al acusado, aunque no tenían una relación de amistad. Lo que sabía de él era, segñun ha narrado, por lo que le contaba la ahora fallecida.

Según el joven, al coger confianza con ella, ésta le comentó que tenía intención de poner fin a la relación que mantenía con el acusado, pero que "no sabía cómo hacerlo". "Cuando la conocí era una chavala totalmente sumisa", ha asegurado, para añadir que sufría "malos tratos constantes" por parte del acusado.

"Yo fui el que la sacó del País Vasco y la llevé a la otra punta de España, a Algeciras, por el miedo que 'Cris' tenía a su pareja", ha indicado.

Además, ha recordado que, durante su relación, S.M.G "quitaba dinero" a la joven para gastárselo en el bingo. Por el contrario, el acusado aseguró el martes que era ella quien le robaba para gastárselo en el juego. "El ludópata era él", ha asegurado la pareja de la joven.

Asimismo, ha declarado que, cuando el presunto asesino tuvo noticia de que Cristina había iniciado una relación con él, comenzó a pasar con su vehículo por delante del taller en el que trabajaba. En una ocasión, llegó a ver al acusado vigilando la vivienda de la víctima desde su coche a través de unos prismáticos. Ese día, la joven decidió solicitar una orden de alejamiento en la comisaría de Barakaldo.

El ataque

Sobre los hechos que ocurrieron en el número 25 de la calle La Inmaculada de Barakaldo el día 6 de diciembre, la pareja de la víctima ha indicado que accedieron a la vivienda sobre las 19.00 horas, con la intención de coger al perro de ella para dar una vuelta.

Al acceder al inmueble, la mujer caminó por delante de él hasta la mitad del pasillo, y fue entonces cuando notó "unos golpes por la espalda". Al volverse, se topó con el acusado, que blandía una catana en una de sus manos. En ese momento, la pareja de Cristina trató de detener el siguiente ataque, y recibió un golpe con ese arma en una de sus manos, cayendo la catana al suelo.

Instantes después, según ha relatado el joven, el acusado "sacó un cuchillo que tenía en la cintura y me cortó el cuello". La víctima de la agresión corrió entonces hacia la puerta de entrada y tomó el ascensor en dirección a la calle, donde recibió las primeras curas de manos de un policía de paisano que paseaba frente al portal, mientras le gritaba que subiera el piso porque "el exnovio de mi novia la está matando".

El joven agredido ha asegurado que el agresor "no cruzó palabra" con él antes del ataque. "Sólo recuerdo que mientras me pinchaba él hacía 'ssssh, ssssh'", ha manifestado.

Después, sólo recuerda a su novia dirigiéndose hacia la habitación del fondo del pasillo, donde fue encontrada poco después por la Ertzaintza en medio de un charco de sangre y con un cuchillo clavado en la nuca.

Llave de acceso

Tras unos instantes de silencio en la sala de vistas, la Fiscalía ha preguntado al joven si cabía la posibilidad de que, tal como defiende el acusado, Cristina le hubiera facilitado una llave para acceder a la vivienda, lo que el joven ha negado rotundamente. "Jamás le dio la llave de casa", ha insistido.

Respecto al arnés que la Ertzainzta encontró en la vivienda y que, según la Fiscalía, el acusado utilizó para descolgarse hasta el domicilio, la pareja de la fallecida ha asegurado que el aparato de escalada no era de su propiedad.

El juicio proseguirá este viernes en la Audiencia Provincial de Bizkaia con la presentación de las pruebas periciales y forenses que fueron recogidas en el lugar del suceso y en casa del acusado.