Los centros de votación de la República de Irlanda abrieron este jueves su puertas al electorado, que acude a las urnas para decidir en un referéndum la ratificación del Pacto de estabilidad presupuestaria de la Unión Europea (UE).

Poco más tres millones de irlandeses podrán ejercer su derecho a voto en las 43 circunscripciones que forman el mapa electoral, entre las 7 y las 22 horas.

El recuento de los sufragios, no obstante, no comenzará hasta el viernes a las 9 horas, pero se espera que a mediodía se den a conocer los primeros resultados, lo que podría dar una idea sobre cual es la opción ganadora.

Según fuentes oficiales, el resultado final podría anunciarse entre las 17 y las 18 horas del viernes siempre y cuando no se detecten irregularidades en alguna circunscripción y se solicite un nuevo recuento.

Los últimos sondeos otorgan al sí un apoyo del 39% y al no un 30%, mientras otro 22% del electorado se declara indeciso y un 9% no tiene intención de acudir a las urnas en esta consulta popular, cuyo resultado no influirá en la entrada en vigor del acuerdo comunitario.

El tratado de estabilidad, un texto que prevé imponer estrictas políticas presupuestarias a los Gobiernos, solo precisa del apoyo de doce países miembros de la UE para entrar en vigor.

Sin embargo, el Ejecutivo de Dublín de coalición entre conservadores y laboristas ha advertido, no obstante, de que su rechazo dañará su posición en la zona euro y podría provocar el descarrilamiento del rescate de la UE y el FMI a este país, cuantificado en 85.000 millones de euros.

El no, dicen los partidarios del tratado, también impedirá que Irlanda, en caso de necesidad, pueda acceder a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera cuando finalice en 2014 su programa de ayuda.

La ratificación del texto comunitario está apoyada por el gobernante Fine Gael y sus socios minoritarios del Partido Laborista, así como por el Fianna Fail -tercera fuerza nacional-, por la patronal, algunos sindicatos y otras fuerzas sociales.

Los detractores están liderados por el Sinn Fein, antiguo brazo político del inactivo IRA, por varios diputados independientes y por la Alianza de la Izquierda Unida.

Este bloque demanda, al igual que el presidente francés, Françoise Hollande, una reforma del tratado europeo firmado a principios de marzo pasado que incluya medidas de reactivación económica, como contrapeso al rigor presupuestario.

En su opinión, el nuevo acuerdo europeo perpetuará las políticas de austeridad de los Gobiernos comunitarios, una fórmula, dicen, que ha fracasado.