El joven acusado de matar a su hermana con una escopeta mientras dormía en el interior del domicilio familiar en Alfaz del Pi (Alicante) se ha reconocido autor de los disparos, pero ha asegurado que "quería darle un susto" para despertarla y el arma se le disparó "por accidente".

En la primera sesión del juicio con jurado popular celebrada este lunes en la Audiencia Provincial de Alicante, el procesado ha afirmado que, sobre las 9.30 horas del 4 de abril de 2009, cogió la escopeta "ya montada" de la habitación de sus padres y, "sin revisar" si estaba cargada, entró con ella en el dormitorio en el que su hermana dormía, según ha dicho, con el propósito de "darle un susto".

El acusado, que ha permanecido cabizbajo durante toda la vista y con la mirada fija en el suelo mientras prestaba declaración, ha relatado que a continuación "oyó dos ruidos" y se quedó "sordo", en alusión a los dos disparos que recibió la joven en la cabeza.

Acto seguido, ha admitido que revolvió la casa, arrancó el marco de la puerta, envolvió el arma con una toalla y la dejó en el coche, sin atreverse a entrar de nuevo en el dormitorio donde yacía el cuerpo sin vida de su hermana.

Del domicilio familiar, el procesado se dirigió al bar de su padre, que ese día cumplía años, para felicitarle, y de allí se fue al gimnasio al que solía acudir en Benidorm (Alicante). Pasado el mediodía, volvió a su casa y halló a su madre y a una joven que ayudaba a la familia en la limpieza de la vivienda, quienes le pidieron que llevara a su hermana al hospital, tal y como hizo el acusado.

La fiscal considera que el procesado, al que ha definido como un joven "muy agresivo", "planeó" la muerte de su hermana y después revolvió la casa "para simular un robo".

La fiscal además considera que tenía sus facultades mentales intelectivas y volitivas intactas en el momento de los hechos, por lo que pide 20 años de prisión por un delito de asesinato, con el agravante de parentesco, más un año por un delito de tenencia ilícita de armas, según la acusación provisional del Ministerio Público.

"adoraba a su hermana"

En su testimonio, el acusado ha afirmado que tenía una "relación muy buena" con su hermana, y ha asegurado que "la echa mucho de menos". Prueba de ello, ha explicado que incluso llevaba tatuado su nombre, al igual que el del resto de su familia.

La abogada de la defensa ha asegurado que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio imprudente, dado que el procesado "no tenía intención de matar a su hermana", a la que "adoraba".

Por el contrario, ha defendido que fue el consumo de numerosos anabolizantes y esteroides lo que "afectó a su conducta", e incluso le provocaron "un bloqueo mental de tal magnitud" que le impidió asumir lo que había ocurrido, y por ello actuó de la manera en que lo hizo tras los hechos.