La tasa de mortalidad ha disminuido en Asturias desde el año 2000 a un ritmo del 1,9% anual en hombres y el 1,6% en mujeres, según datos de un estudio realizado por la Dirección General de Salud Pública del Principado.

Así, la tasa de mortalidad masculina se sitúa en Asturias en la media de la UE, en la misma línea de Alemania o Austria, aunque en el conjunto de España es de las más elevadas, mientras que las mujeres asturianas presentan una mortalidad similar al resto de españolas y junto a las francesas registran la menor mortalidad en Europa.

Según el Gobierno autonómico, "el examen continuado de las tasas de mortalidad según criterios sociodemográficos, su evolución en el tiempo y la comparación con otros territorios de similar desarrollo social junto con el análisis de las principales causas de muerte permiten apoyar la toma de decisiones para reducir la mortalidad prematura, identificar causas evitables de muerte y mejorar la calidad de vida de la población". Así, incide en que "la existencia de procedimientos normalizados de recogida, codificación y análisis junto con la disponibilidad de largas series temporales en múltiples territorios hacen a este indicador aún más valioso".

Para ello, el Boletín realizado por el servicio de Información Sanitaria de la Dirección General de Salud Pública presenta la comparación de tasas globales de mortalidad según sexo en Asturias correspondientes al año 2009 con España y Europa.

Como conclusiones, Asturias presenta una sobremortalidad en hombres respecto a España, ocupando el puesto 16 en el ranking de mortalidad ajustada por edad de las CCAA sólo por delante de Andalucía. Sin embargo ocupa un lugar medio en Europa, con un puesto 11 de 27.

Asimismo, las asturianas se sitúan en un nivel similar al del conjunto de las españolas, presentando una de las menores tasas de mortalidad en Europa, ocupando el puesto 3 de 27.

Para la Dirección General de Salud Pública del Principado, "la diferente distribución de causas de muerte atribuidas al tabaco y al alcohol entre varones y mujeres permite enunciar la hipótesis de que una buena parte del diferencial de mortalidad entre sexos se debe a la baja exposición a esas sustancias de las mujeres asturianas pertenecientes a las cohortes de más edad respecto de los varones".