Israel sabía que atacaba a la ONU

Los observadores muertos avisaron hasta diez veces para que cesara el bombardeo.
Funerales como el de la imagen marcaron ayer la jornada en la ciudad palestina de Gaza. A. Ali/Efe.
Funerales como el de la imagen marcaron ayer la jornada en la ciudad palestina de Gaza. A. Ali/Efe.
Funerales como el de la imagen marcaron ayer la jornada en la ciudad palestina de Gaza. A. Ali/Efe.
Annan lo llama «asesinato», mientras que el Gobierno de Tel Aviv habla de «error».19 palestinos murieron ayer en una nueva ofensiva militar israelí en la franja de Gaza.

Los cuatro observadores de la ONU que murieron en la noche del martes en un ataque aéreo israelí en la localidad libanesa de Jiam hicieron hasta diez llamadas a las Fuerzas israelíes para pedir que detuvieran los bombardeos.

Un informe inicial revelaba ayer que cada vez que los militares de la Fuerza Interina de la ONU en el sur del Líbano (Finul) contactaban con el Ejército de Israel, éste aseguraba que detendría el ataque. Sin embargo, tras seis horas de bombardeo, el puesto en el que se encontraban los cascos azules fue alcanzado por un misil teledirigido.

Investigación

Con estos datos, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, no dudó ayer en calificar el ataque israelí de «aparentemente deliberado» y «trágico asesinato». Mientras, los gobiernos de los países de origen de los cascos azules muertos (Austria, Canadá, China y Finlandia) criticaron el bombardeo y exigieron una investigación.

Por su parte, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó a  Annan el «profundo pesar» de su país por la muerte de los cascos azules y lamentó que «la ONU defina como una operación deliberada lo que ha sido un error».

Mientras los ojos de la comunidad internacional centraban su atención en el sur del Líbano, una nueva ofensiva israelí por tierra y aire dejó en la franja de Gaza cerca de una veintena de palestinos muertos (16, según fuentes palestinas, aunque testigos hablaban de 19). Entre los fallecidos había una niña de tres años. Varios testigos informaron de que el Ejército israelí telefonea a los palestinos para informarlos de que sus casas van a ser bombardeadas porque cobijan a terroristas. El Ejército israelí cifraba las bajas palestinas en 40. Nueve soldados israelíes murieron ayer al sur del Líbano.

Piden una fuerza internacional

Los países participantes en la conferencia celebrada ayer en Roma (Italia) sobre la crisis del Líbano solicitaron una fuerza internacional bajo el mando de la ONU para ayudar a la población libanesa. En Roma estaba el primer ministro libanés, Fuad Siniora, quien admitió la responsabilidad de Hizbulá en la crisis, aunque aseguró que Israel tenía «un plan preparado de reacción y represalias». El secretario general de la ONU, Kofi Annan, insistió en «encontrar el entendimiento» y en «implicar a Irán y Siria» en la solución de la crisis. El  Gobierno español decidirá si propone al Parlamento participar en la fuerza multinacional cuando conozca las condiciones.

Claudicar ante la barbarie en Gaza

La semana empezó mal en Gaza:  A las tres de la tarde del lunes, el Ejército israelí interfirió las radios palestinas. Una voz profunda leyó un comunicado en árabe clásico: «A los habitantes del norte de la franja les anunciamos que hoy vamos a bombardear aquellas casas en las que haya armas escondidas».

Poco después, cerca de donde estoy, el obús de un tanque impacta contra un carro tirado por un burro. Me subo al coche y avanzo a toda prisa hacia allí. Humo, vísceras desparramadas por todas partes, olor a carne chamuscada. Murieron una anciana de 60 años y su nieto de 11 cuando se dirigían a trabajar en el campo.

En el hospital hablo con Nadi Hayieria, el marido de la mujer. Aturdido, me dice: «Hace una hora, mi esposa bromeaba con nuestro nieto en casa. Ahora están muertos. ¿Por qué?».

Al hospital, lo que más llegan son niños. Entre ellos, Hitam Taya, una pequeña de siete años que falleció apenas entrar. Según su madre, que me habla entre lágrimas, la niña estaba jugando en la puerta de casa cuando cayó un proyectil.

El día comenzó mal en Gaza. Una incursión de tanques israelíes en el barrio de Shigayia, a diez minutos del centro de la ciudad. Observo el desplazamiento de los carros de combate desde la terraza de una clínica pediátrica. Disparos de ametralladoras, misiles lanzados   desde aviones no tripulados, civiles atrapados en medio, ambulancias que tratan de entrar a por los heridos, pero que son mantenidas a distancia por las balas.

Me dicen que van a evacuar la clínica, pues las Fuerzas israelíes avanzan hacia nosotros. Salgo en una ambulancia.

Entre los arbustos descubro a dos milicianos palestinos que aguardan a las tropas israelíes. No llevan cascos ni chalecos antibalas, apenas un par de viejos AK 47.

En el hospital Al Shifa fotografío la llegada de las víctimas. Son 19 los muertos y  más de 50 los heridos. Familiares y amigos vienen a ver a quienes acaban de ingresar. Llantos, gritos de dolor. Regreso por la noche a mi piso. Pido al encargado que encienda el generador para poder escribir esta crónica. En la televisión aparece Condolezza Rice diciendo que no se puede aceptar un alto el fuego en el Líbano que no sea sostenible en el tiempo. Desde aquí, estas declaraciones tan moderadas me parecen una claudicación ante la barbarie. Al igual que las versiones oficiales, un insulto a la gente inocente que hoy ha perdido la vida.

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