Cada año mueren ahogadas en las playas, piscinas y pantanos españoles entre 70 y 150 personas, según la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, estas desgracias representan un porcentaje mínimo dentro de las incidencias más habituales en las orillas españolas durante el verano.

Según los datos manejados por Cruz Roja Española, los ahogamientos, junto con las insolaciones y los cortes de digestión, representan el 10% de los casos que con mayor frecuencia deben atender cada año en las playas.

Los problemas más habituales, según la organización, son los derivados de las picaduras de medusas y otros animales marinos, además de tábanos y erizos.

Todos ellos provocaron el 50% de los casos atendidos. A continuación, con un 40%, se encuentran las contusiones o golpes.

Lo que parece claro, a tenor de los datos manejados por los expertos, es que este verano habrá que poner especial atención ante las picaduras de las medusas.

Población multiplicada

Como recuerda el investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC (Barcelona) Josep María Gili, «su población se ha multiplicado en los océanos por culpa de la sobrepesca, que ha mermado la de especies depredadoras de las medusas o que compiten con ellas por el alimento».

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Mucho ojo...

Con el mar: Cruz Roja recomienda respetar las banderas de señalización, no bañarse mientras se hace la digestión, no tirarse de cabeza en lugares de fondo desconocido y no tratar de salvar sin ayuda a alguien con problemas en el agua.

Con las picaduras: Si le pica una medusa retire los restos con protección adecuada, lave la zona afectada con agua de mar, nunca con agua dulce, aplíquese una bolsa con hielo, manténgase en reposo y acuda a un centro sanitario.

Con el sol: Aplíquese una protección solar adecuada 30 minutos antes de la exposición, evite hacerlo en las horas centrales del día, tome el sol de forma progresiva, proteja su cabeza y ojos y manténgase hidratado.