Este movimiento de mineral llena aún más de polvo el barrio, pero sus vecinos aplauden el traslado: en una semana habrán perdido la montaña de vista.

La Autoridad Portuaria confirma que el carbón desaparecerá del muelle el próximo miércoles. Pero los afectados exigen medidas «urgentes y definitivas porque son muchas toneladas», afirma Milagros Vieites, presidenta de la asociación de vecinos de Oza y A Gaiteira.

Y es que los vecinos acumulan en su zurrón muchas promesas: aseguran que el carbón no se riega a diario, especialmente en los días de más calor, y que la descarga de minerales se realiza siempre al aire libre y no en un circuito cerrado, como el que habrá en la futura Medusa –a principios de abril–, para evitar la contaminación.

Pero los vecinos no se han quedado con los brazos cruzados: después de denunciar en el TSXG el incumplimiento de las normativas medioambientales en el puerto, su demanda está siendo estudiada ahora por la Fiscalía de Medio Ambiente.

Francisco Peteiro. Bancario, 34 años. «El ambiente siempre está especialmente cargado los días que remueven el carbón. Aunque lo peor es el olor constante a gas y a mineral. No creo que haya solución: yo recuerdo esto así desde hace ya 25 años.»

Maricarmen Serén. Peluquera, 60 años. «El único remedio para este problema es que se lleven el carbón a otra parte. Cuando hay descargas no se puede ni abrir las ventanas, y aun así, entra toda la porquería igual. Hoy (por ayer) nos salvamos porque hay niebla.»

Iago Gayoso. Informático, 18 años. «Yo vivo en un primero, y cuando ponemos mantas en la ventana en señal de protesta, las recogemos negras. Esperemos que sin la montaña de carbón baje la contaminación, pero si alguien supiese la respuesta...»