Incertidumbre ante el estado de salud del príncipe Rainiero

La incertidumbre continúa sobre el estado del príncipe Rainiero, que el sábado cumplió once días en el servicio de reanimación de un hospital de Mónaco, aunque cada vez es mayor el pesimismo sobre sus posibilidades de curación.
En espera de un nuevo parte médico, que podría retrasarse hasta despuésdel fin de semana, los doctores que atienden al veterano soberano, de81 años, reconocían el viernes, por primera vez, que la esperanza de recuperación es "extremadamente débil" debido a su "precario estado".

La inminencia de un desenlace fatal aparece cada vez más asumida porlos monegascos, muchos de los cuales se reunieron en la Catedralde su mini-Estado para encender decenas de velas y rezar por susoberano.

A petición del arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi,
laplegaria estuvo dedicada a Rainiero, pero también al Papa, que seencuentra como él en estado crítico.
La princesa Carolina y dos de sushijos participaron en la plegaria, en la que, sin embargo, no estuvopresente el príncipe heredero, Alberto, quien desde el pasado jueves estambién el regente de Mónaco, el segundo Estado más pequeño del mundo,después del Vaticano.
Tristeza, pena, angustia e inquietud son laspalabras más utilizadas en estas horas por los monegascos, que tras másde 55 años ininterrumpidos de reinado de Rainiero III le consideran "unpadre protector".
Falta de información

Sus temores se han agravado aún más tras el últimoparte médico, mucho más pesimista que los anteriores y en el que seprecisaba que "la esperanza de una salida favorable es extremadamentedébil".

"El equipo médico, en pleno acuerdo con los hijos del Príncipe,estima justificado, por el momento, continuar con una terapia activa",añadía la nota difundida ayer.

Al contrario que la mayoría de losanteriores, el parte no mencionaba la emisión posterior de un nuevoboletín sobre el estado de Rainiero y, por primera vez, aparecíafirmado dos especialistas de un prestigioso hospital de París junto alos tres médicos habituales del soberano.

Los doctores Jean-CharlesPiette, jefe del servicio de medicina interna de La Pieté Salpetriere,y Claude Gibert, responsable reanimación de ese mismo centro, que hastaahora sólo habían sido consultados por los médicos del príncipe, se hanunido así al equipo que le trata en esta dura prueba.

Hospitalizadodesde el pasado día 7 a causa de una infección pulmonar y sometido arespiración asistida desde el 22 al agravarse su dolencia, Rainiero,cuyo pronóstico vital continúa siendo "extremadamente reservado", estádando muestras de una gran resistencia, que ha sorprendido incluso a supropio entorno.

El príncipe tiene una salud muy delicada, que en losúltimos diez años le ha obligado a sufrir varias y complejasintervenciones quirúrgicas, además de numerosos ingresos hospitalarios.

Sin embargo, en una nueva prueba del fuerte carácter y el tesón que lellevó a cambiar el anticuado país que había heredado en 1949 paraconvertirlo en un lugar de renombre mundial, Rainiero lucha con fuerzacontra la muerte, según fuentes próximas al Palacio citadas por mediosfranceses.
En su última entrevista, concedida en 1999, a un periodistafrancés, el soberano aseguraba sobre la eutanasia: "no la acepto comoremedio, porque se sabe donde comienza pero no donde termina".

"Reconozco sólo que suavizar el final de una vida marcada por una graveenfermedad es, sin duda, necesario", añadía, sin saber que esaspalabras un día podrían ir dirigidas a él mismo.
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