El gerente del Sacyl en Valladolid tuvo que dimitir tras descubrirse su predilección hacia determinados centros de sanidad privada. Hoy se nos dice que se ha institucionalizado, o poco menos, el pago de facturas a través de los hospitales, en lugar de hacerlo por medio de los servicios centrales, como está mandado. O que numerosos enfermos de cáncer tienen que viajar a Salamanca o Zamora porque no existen en Valladolid los medios adecuados. En cambio, los gerentes de los hospitales burgaleses Divino Valles y Fuente Bermeja fueron generosamente retribuidos con 420.000 euros para compensar unos ceses que no perjudicaban sus carreras en absoluto… El consejero de Sanidad, don César Antón, debería empezar a preocuparse por el estado de salud de ésta.