Aunque, al final, todo quedó en un susto, los cientos de pasajeros que viajaban, en torno a las 22.30 horas, en dirección a Barakaldo tuvieron que desalojar el vagón en la estación de San Ignacio, al notar un fuerte olor a quemado y sentir el humo que salía de la cabina.
Los viajeros, según relataron a 20 minutos, comenzaron a notar el olor a quemado cuando el metro se encontraba a la altura de la estación de Deusto. Ya en San Ignacio, dos estaciones después, las puertas del suburbano se abrieron y la estampida fue «generalizada», dijeron. La razón, según explicaron ayer responsables de Metro Bilbao, estuvo en los frenos de la unidad. Al parecer, una de las zapatas se quedó pegada a la rueda al salir de la estación de Deusto. El rozamiento hizo todo lo demás. El conductor, al percatarse poco después del problema, pudo resolver la avería de manera manual.
Según Metro Bilbao, el suburbano continuó con normalidad su viaje. El tren hacía su último recorrido y, al llegar a las cocheras, se le realizó la pertinente revisión.
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