En su detención fue clave la descripción de las víctimas que sobrevivieron. La Policía también tenía una foto de un cajero. El martes cometió el último ataque. Asaltó a una vecina en el 85 de la calle Urgell, Montserrat Figueras, diciendo que tenía un paquete para un vecino. La agresora la creyó muerta. La psicópata seguía el mismo patrón. Buscaba ancianas solas con las que entablaba conversación. Aunque en los últimos ataques las abordó directamente en casa, al abrir la puerta. El 18 de junio cometió el primer asesinato, el de Josefa Cervantes, de 83 años, a la que estranguló con una toalla en su casa de Via Júlia, 2. La segunda víctima fue en la calle Villarroel, una mujer de 95 años ahogada con un mantel. La tercera apareció en la calle Muntaner, 233, ahogada con un trapo de cocina.

Pánico en Sant Gervasi

María Sahún, de 76 años, la última víctima de la asesina de ancianas, era muy conocida en el barrio. Vivía en la calle Muntaner, 233, y era muy apreciada por los vecinos. «Dormía sola pero tenía una chica que la cuidaba», explicaba ayer José Luís, uno de los pocos vecinos del edificio, ya que el resto de inmuebles son oficinas. «Además, su hermano tiene un negocio al lado», por lo que no se puede decir que estuviera desamparada. Nadie se explicaba ayer cómo pudo abrir la puerta a su asesina «porque era muy desconfiada», afirmó Jacinta Arnáiz, que coincidía con ella en la compra. «El problema», añadió Francisco Rovira, «es que el fin de semana, en esta zona todo está cerrado y no hay movimiento». Además, «desde que lo hemos sabido, mi mujer no abre la puerta ni al cartero». Arnáiz, de 78 años, aseguraba que tenía miedo: «no me atrevo ni a ir a comprar el pan».

De 49 años y natural de A Coruña

Remedios S. S., gallega de 49 años, nacida en A Coruña y residente en Barcelona. Ésa es la identidad de la presunta asesina, según informaron anoche fuentes de la investigación. En el momento de su detención, la sospechosa, de complexión fuerte, vestía una falda de tubo gris y una camisa sin mangas. Al parecer, la mujer caminaba por la calle con expresión compungida. Al cierre de esta edición (00.30 h) seguía prestando declaración.