La memoria judicial de 2005 elaborada por el Juzgado Decano de Zaragoza subraya que mientras las inscripciones de nacimiento, matrimonio o defunción figuran en el sistema informático del Registro, es sorprendente que «no sea posible pasar estos datos al libro de familia introduciéndolo en la impresora, y se tenga que hacer manualmente, lo cual no sólo produce un gran retraso, sino que propicia errores en la transcripción».
La denuncia del juez decano, Mauricio Murillo, fue ratificada en todos sus extremos por trabajadores del Registro. Éstos coincidieron también con el juez decano en que, además del lastre anteriormente citado, el Registro tiene unas instalaciones en el edificio de juzgados de la plaza del Pilar que son inadecuadas para el público, que mientras espera «se amontona en un pasillo delante de tres puertas», según la memoria judicial.
Bodas junto a divorcios
La habitación que hace las veces de sala de vistas para bodas civiles es «oscura, gris, la moqueta está sucia y tiene mala audición», con el agravante de que novios e invitados se mezclan en los pasillos con implicados en juicios de familia (divorcios, separaciones, etc.), que se celebran al lado, algunos de los cuales están detenidos.
Responsable: el Ministerio
El retraso tecnológico del Registro Civil zaragozano lo padecen también en oficinas similares de comunidades que, como Aragón, no han asumido todavía las competencias de Justicia. El Registro Civil se trasladará dentro de unos meses a unas oficinas alquiladas por el Ministerio en el edificio de los antiguos almacenes Gay, en la calle Alfonso.
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