Por eso, muchos vecinos recurren a la vivienda usada para ver cumplido el sueño de tener su propia casa. Pero tampoco es una opción barata. En sólo un año, el metro cuadrado de los pisos de más de dos años de antigüedad ha subido un 7,7% en la ciudad, según los últimos datos del Ministerio de Vivienda. Mientras en 2005 el metro cuadrado de la vivienda usada costaba aquí 1.173 euros, doce meses después ya alcanza los 1.263 euros.

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... y manos a la obra: A pesar de esta subida, cada vez son más los coruñeses que optan por este tipo de pisos. «Tienen buenos materiales y son más grandes», explican en las inmobiliarias.

De hecho, en los carteles de muchas agencias anuncian este tipo de pisos como una inversión. La mejor solución: hacerse con una de estas viviendas y lanzarse a las reformas. Las obras, para cambiar cocina, baño, suelo y puertas, pueden costar unos 20.000 euros.

Las zonas en las que es más fácil encontrar uno de estos pisos de segunda mano están bien marcadas en el mapa de la ciudad: Os Mallos y Agra do Orzán. Son barrios con más de 50 años de edad, en los que los que todavía se pueden encontrar  viviendas sin ascensor por 120.000 euros. Eso sí, la mayoría para reformar de arriba abajo.

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Los pisos nuevos, por las nubes

Los que pueden comprarse una casa nueva sin tener que hacer reformas también tienen que rascarse más aún el bolsillo. El precio del metro cuadrado de los pisos nuevos también ha subido en el último año y cuesta un 14% más que en 2005. Es decir, se encareció el doble que el de la vivienda usada. Las subidas no asustan a los compradores. Al menos, según las ventas de muchas inmobiliarias de la ciudad, que aseguran que ya venden los pisos tan pronto cuelgan los planos en sus escaparates.