Judíos y musulmanes ortodoxos se han puesto de acuerdo en algo: a ninguno de los dos les gustan los desfiles del Orgullo Gay.
Ciudad Santa
Por este motivo, legisladores israelíes de ambos sectores se han unido para impedir la celebración de la Parada Internacional organizada por la Asociación de Homosexuales de Israel para agosto próximo.
A pesar de sus divergencias políticas, el rabino y diputado Isaac Levy, del Partido Nacional Religioso (Mafdal) en el frente de la Unidad Nacional, y un jeque del Movimiento Islámico de Israel, el diputado Ibrahim Tzartzur, del Partido Ra'am-Ta'al, se han unido para promover la prohibición de la Parada.
El desfile está anunciado para el próximo 10 de agosto en Jerusalén, Ciudad Santa para judíos, cristianos -que se adhieren a la campaña para que sea prohibida- y musulmanes, que ven en ese acto una "provocación".
Prohibición por ley Así pues, Levy y Tzartzur van a presentar mañana una propuesta al Parlamento (Kneset) para que el desfile sea
¿Con qué argumento? Pues básicamente con el de que ofenderá la sensibilidad de las comunidades de las tres grandes religiones monoteístas representadas en Jerusalén.
Medida antidemocrática
Por su parte, los movimientos de homosexuales afirman que esa sería una medida antidemocrática que no coincide con el discurso del municipio acerca de que Jerusalén es "una ciudad abierta a todos los cultos y pluralista".
La organización internacional que agrupa a los homosexuales, que escogió hace tres años Jerusalén para el desfile, también tropezó con obstáculos del Vaticano contra la primera de esas paradas internacionales, que finalmente se celebró en Roma.
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