Las discípulas de Baco

Noelia e Inés regentan una bodega en Jumilla e intentan que sus vinos se hagan un hueco entre los mejores. Creen que ser mujer mejora su producto.
Entre copas. Noelia Cano (izquierda) e Inés Gallego, junto a una réplica de la botella de su nuevo vino de autor: Anónimo.
Entre copas. Noelia Cano (izquierda) e Inés Gallego, junto a una réplica de la botella de su nuevo vino de autor: Anónimo.
Entre copas. Noelia Cano (izquierda) e Inés Gallego, junto a una réplica de la botella de su nuevo vino de autor: Anónimo.
Una tiene 29 años y la otra, 27. Noelia Cano e Inés Gallego son dos mujeres emprendedoras que luchan cada día por hacerse un hueco en el feroz y masculino mundo de las bodegas vitivinícolas.Noelia e Inés son la gerente y enóloga, respectivamente, de la joven bodega Valle del Carche de Jumilla. Desde hace tres años intentan que esta marca se posicione entre los mejores vinos del
país. Pero en su aventura, además de las dificultades del mercado, se enfrentan a los desventajas de ser mujer.

«Propietarios de bodegas, distribuidores, sumilleres... Casi siempre estoy rodeada de hombres. Es un sector muy masculino y muchas veces me han mirado por encima del hombro», explica Noelia.

Inés reconoce que en su profesión una mujer lo tiene todavía más difícil porque prefieren contratar a hombres que en un momento dado puedan hacer un esfuerzo físico. Pero poco a poco va a cambiar. «En La Rioja hay más mujeres dedicadas al mundo del vino», dice.

Pero ambas creen que su género resulta un valor añadido en la gestión de su bodega. «Las mujeres somos más perfeccionistas y exigentes, y eso, supongo, repercute en la calidad de nuestros vinos», apunta la joven enóloga.

«Somos mucho más detallistas y no nos conformamos. Quizá porque tenemos que demostrar que sabemos de vinos en un sector tradicional», añade la joven gerente de la bodega.

Cuidar hasta el mínimo detalle

Noelia e Inés acaban de lanzar al mercado un vino de autor que hasta en su nombre, Anónimo, muestra su esmero diferenciador por el detalle. Analizamos 50 tipos de botellas distintas hasta que encontramos la que nos gustó. «Son detalles de imagen de la marca a los que los hombres no dan tanta importancia. Por ejemplo, optamos por una serigrafía en la botella, en lugar de la tradicional etiqueta», cuentan.

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